En algún momento todas hemos deseado perder peso en el menor tiempo posible, sin tener en cuenta que la mejor opción para conseguir nuestro objetivo de manera saludable reside en una dieta prolongada, acompañada de actividad física y con una importante fase de mantenimiento posterior a la misma, para evitar el temido efecto yoyó. En alguna ocasión os hemos hablado de dietas relámpago como la sopa de col, la dieta Express o la dieta Mayo, pero lo cierto es que consideramos que no es recomendable hacer caso de las dietas milagro. Sin duda, lo más apropiado es seguir una alimentación equilibrada acompañada de actividad física, ya que por encima de todo debe de prevalecer nuestra salud, ¿no creéis?
Claves para diferenciar una dieta saludable de una dieta peligrosa
Dieta saludable:
- Es variada, sacia e incluye varios alimentos que nos gustan.
- No tiene prohibiciones, ni cuenta calorías y no te obliga a comprar productos específicos.
- Tiene en cuenta nuestras preferencias y lo que nos disgusta.
- Reduce el peso de manera prolongada, paso a paso.
- Proporciona una nueva forma de comer y vivir.
Dieta peligrosa:
- No es equilibrada y solo se consume un tipo de alimentos.
- La ingesta de calorías es menor a 1200 calorías diarias.
- Promete una reducción de peso sin cambios de la alimentación a largo plazo.
- Promete un gran cambio de peso en poco tiempo, por ejemplo 3 kg en 3 días.
- Garantiza el éxito.
- Está unida a la compra de productos específicos.
A continuación te desvelamos las cuatro dietas más peligrosas que no recomiendan los expertos.
1. La dieta Atkins
La dieta Atkins reduce la ingesta de carbohidratos al mínimo. Solo están permitidos los alimentos bajos en hidratos de carbono como la lechuga. Además, en lugar de los carbohidratos se pueden comer tantas proteínas y grasas como se quiera. Es decir, carne, huevos, pescado, queso, mantequilla y aceite.
El menú recomendado por esta dieta es el siguiente: para desayunar, huevos revueltos o una tortilla, a mediodía, una ensalada con pechuga de pollo a la plancha y, para cenar, algo de pescado con ensalada.
Conclusión: se puede adelgazar con la dieta Atkins, pero los expertos en nutrición coinciden en que es perjudicial para la salud por varias razones. Por un lado, la ingesta de grasa animal en grandes cantidades es mala para el colesterol. Por otro, el exceso de proteínas es malo para los riñones y, además, la cantidad ingerida de vitaminas y minerales puede no ser suficiente. En nuestro caso, no concebimos una dieta en la que se nos prive de frutas y verduras, pues además de estar buenísimas, nos aportan una gran cantidad de nutrientes.
2. La dieta Dukan
Es otra de las dietas que pertenece a las formas de adelgazar muy ricas en proteínas, pero no es tan estricta como la dieta Atkins. Se compone de cuatro fases, cuya duración depende del peso que queramos alcanzar.
En la primera fase solo se permiten alimentos ricos en proteínas y tiene una duración máxima de diez días. En la segunda fase se alternan los días solo con proteínas con días en los que se permite la ingesta de verduras. Cuando has llegado al objetivo deseado, comienza la tercera fase, en la que se estabiliza tu peso. Poco a poco se van comiendo más alimentos ricos en carbohidratos. En la cuarta fase se vuelve a comer con normalidad.
Conclusión: el Ministerio de Sanidad y Consumo alertó de la dieta Dukan como peligrosa para la salud. Especialmente las personas con problemas en los riñones o en el hígado deberían permanecer alejadas de ella. Si bien es cierto que es efectiva, hay que hacerla siempre con cabeza, siguiendo a rajatabla los consejos y pautas que ofrece este plan, ya que de lo contrario puede llegar a ser perjudicial para la salud.
3. Las dietas del ayuno, como la Detox
Este tipo de dietas prometen, además de la pérdida de peso, sensación de bienestar y mucha energía. Pero, para llegar a ese punto, ¡antes tienes que practicar la abstención! Dependiendo del programa de desintoxicación, en la dieta detox te alimentas unos días o semanas a base de agua, sopa de verduras o zumos. Los kilos desaparecen, no hay duda, pero a menudo se vuelven a recuperar con facilidad.
Conclusión: no hay nada en contra de que una persona sana ayune durante un par de días. Pero esta cura no sirve para adelgazar, ya que no se aprende a comer sano y equilibrado. ¿No os parece mucho más saludable optar por cualquiera de estas deliciosas ensaladas? ¡A nosotras se nos hace la boca agua solo de verlas!
4. Las dietas relámpago
Algunas de ellas son la dieta de la sopa de col, la del limón o la del vinagre de manzana. Como habréis podido observar, todas ellas se caracterizan por poner énfasis en un alimento concreto y prometen una gran pérdida de peso en una o dos semanas.
Durante este tipo de dietas las comidas giran en torno a un alimento que vas a acabar ingiriendo mucho más a menudo de lo habitual, ¡incluso en todas las comidas! Por otro lado, existe una larga lista de alimentos que están prohibidos.
Conclusión: monótonas y con un gran riesgo de ataques de hambre, las dietas relámpago son muy peligrosas. De hecho, llegan a convertirse en todo lo contrario a una forma lógica de perder peso ya que una vez que vuelves a comer con normalidad, recuperas los kilos perdidos en un abrir y cerrar de ojos.
¡Descarta estas dietas peligrosas y opta por una alimentación saludable!
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