Antes de ponernos a desgranar las dietas de las que vamos a hablar, es importante recordar algo: si buscas perder peso debido a un problema de obesidad, primero deberías acudir a un médico endocrino, un profesional de la salud que te aconseje según tus necesidades y estado de salud. Una vez aclarado esto, también tenemos que decir que no somos partidarias de las dietas al uso y menos aún de las dietas milagro o aquellas que pueden resultar peligrosas por sus estrictas limitaciones, como la dieta Dukan, por ejemplo, o aquellas que se basan en tomar simplemente batidos o sustitutivos alimenticios.
Lo verdaderamente importante es aprender a comer, pero a comer de manera saludable. Conocer las propiedades de los alimentos, qué te pueden aportar, tomar fruta y verdura de temporada, variar tus menús y, sobre todo, evitar los procesados. Para aprender a hacer esto último, te recomendamos que leas siempre el etiquetado de los alimentos.
Pero si aún así estás interesada en realizar una dieta, estaría bien que te decantases por una que te permita comer productos variados y saludables. Aquí tienes cuatro dietas efectivas que pueden ayudarte a perder peso a largo plazo, porque no, los milagros no existen y la rapidez no es buena amiga en estos casos.
1. Dieta volumétrica
Puede ser una buena opción ya que consiste en llenar el plato con alimentos saludables, que contengan pocas calorías pero que sean ricos nutricionalmente hablando. La dieta volumétrica incluye frutas y verduras (ricas en agua, también productos lácteos, carnes y pescados bajos en grasas. Si los comes diariamente, podrás seguir una rutina alimentaria normal en la que puedes comer la misma cantidad de alimentos que antes, solo que menos calóricos. El objetivo es saciarse de manera saludable. Volumen, sabor y nutrientes son las tres claves principales.
La teoría (y con bastante sentido) de esta dieta es que los alimentos con menos volumen (menor densidad de calorías) suelen tener mayor cantidad de nutrientes. Por lo tanto podemos llenar el plato con ellos y saciarnos de manera saludable.
Puedes encontrar más información en el libro de la creadora de esta dieta: The Volumetrics Eating Plan, de Barbara Rollls.
2. Dieta por puntos o Weight Watchers
Esta dieta, también llamada método Weight Watchers, te permite comer todo lo que quieras pero con moderación. El método empleado es asignar a los diferentes alimentos una cantidad de puntos: cuanto más grasa y calorías contenga un alimento, más puntos se le da, y cuanto menos calóricos, menos puntos.
Cada persona que inicia esta dieta tiene una cantidad de puntos permitidos al día, que se han escogido en función a sus necesidades y que deberán consumir de la manera que prefieran. Se recomienda llevar apuntados todos los alimentos que se consumen para llevar un control sobre ellos al final de día.
Pero eso sí, esta dieta tiene unas reglas: todos los días debes incluir frutas y verduras, y además tendrás que realizar 30 minutos de ejercicio físico diario.
¿El objetivo de todo esto? Aprender a comer a través de los puntos, a saber qué puede aportar cada nutriente y a escoger de manera autónoma alimentos saludables.
Aquí puedes conocer mucha más información sobre la dieta por puntos.
3. Dieta del 30%
Esta dieta se centra en las grasas que consumimos y hace un control sobre ellas. No son las calorías lo que cuentan, si no la cantidad de materia grasa que contiene el alimento.
Se basa en tomar alimentos que contengan como máximo un 30% de grasa, que es el índice recomendado por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, quienes aconsejan que el consumo de las mismas no supere el 30-35% de las calorías consumidas.
Esto significa que, además de una gran cantidad de frutas y verduras, esta dieta incluye productos lácteos, carnes y pescados. Y por supuesto, grasas, pero de calidad. Es decir, no vale cualquier aceite de oliva, por ejemplo (y esto es algo que todos deberíamos aprender), puestos a elegir, lo mejor es decantarse por el aceite de oliva virgen extra, menos refinado que los otros. Y estas grasas de calidad provienen también de otros productos, como los frutos secos, el pescado o los aguacates. Es decir, todas las grasas que no sean trans.
Puede ser una buena manera de comenzar una vida más saludable, aunque no debemos reducir el consumo de grasas de manera muy extricta puesto que al fin y al cabo son necesarias para la absorción de vitaminas. ¡Quédate en el 30% y no te olvides de hacer algo de ejercicio físico a la semana!
4. Dieta China
No, nos referimos a los platos que sirven en los restaurantes chinos, pues no son precisamente saludables, ya que suelen contener aceites y harinas refinadas y el famosos glutamato. Cuando nos referimos a la dieta china, hablamos de productos típicos del país oriental (¿acaso creías que la comida que sirven en los restaurantes es que comen siempre allí?).
Algo muy curioso que incluye la dieta china, es la teoría de los cinco sabores: picante, agrio, amargo, salado y dulce. Estas categorías están formadas por alimentos como ajo, jengibre, limones, manzanas, kiwis, dátiles, arroz, pollo, cerdo, café, té o almendras. Pero además de estos productos, para seguir la dieta china también puedes incluir en tu menú tallarines (integrales mejor), verduras y ternera. Deberás evitar alimentos como mantequilla, nata, queso, huevo duro o carnes curadas.
Ya has visto algunos ejemplos de dietas que puedes seguir si quieres perder peso, y probablemente hayas llegado a una conclusión: combinar alimentos saludables con algo de ejercicio físico, siempre será una buena opción. Solo tienes que tener paciencia y ser constante. No te dejes llevar por dietas exprés o modas e infórmate siempre.
Aquí te dejamos algunas pautas de alimentación saludable que podrían ayudarte:
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