Consumo del lavavajillas
Cada modelo tiene una etiqueta energética que hay que consultar sin falta, incluso si está escrito en letra pequeña. Las máquinas se clasifican desde la A (para las más económicas) a G (para los malos alumnos). Las A son más caras pero también se ha comprobado que son más rentables a largo plazo. Su consumo de electricidad es inferior: en 220 ciclos de lavados anuales, es decir, unos 4-5 por semana, la factura de electricidad se reduce un 40%.
Bueno saber: el 80% de la electricidad utilizada por un lavavajillas es para calentar el agua, de ahí la importancia de que un aparato esté bien catalogado y de que ahorre agua.
La potencia sonora
Muy a menudo nos olvidamos de este aspecto a la hora de la compra: ¡poner en marcha un aparato atronador varias veces por semana es agotador! El ruido diario no es un detalle… Se cifra en decibelios y se especifica en la etiqueta energética. En la mayoría de los aparatos oscila entre 45 y 60 dB. La elección dependerá de su utilización: ¿para un piso pequeño o para un garaje de una casa de campo?
Bueno saber: La gama más alta tiene 39 dB. ¡Cuidado, las máquinas de gama baja se vuelven ruidosas con el tiempo!
El secado
También se clasifica de la A a la G en la etiqueta energética. Un buen secado no deja marcas de agua en la vajilla. Algunos sistemas aceleran la condensación evitando la tradicional bofetada de vapor al abrir la puerta.
Bueno saber: no hay nada más eficaz que un producto de aclarado de calidad, que va a facilitar él solo una buena evaporación del agua.
Capacidad de un lavavajillas
Es absurdo cargar con un enorme lavavajillas de 12 cubiertos si eres soltera… Un cubierto designa el conjunto de piezas utilizadas durante una comida por una persona. Debes evaluar tus necesidades y hacer una proyección de futuro para 4 ó 5 años. Un lavavajillas superior o igual a 12 cubiertos se concibe para una familia media de 4 a 6 personas. Mientras que la máquina de 8 cubiertos es ideal para una pareja y la de 4 a 6 cubiertos para una persona soltera.
Bueno saber: ¿Qué es lo que marca la diferencia? Una bandeja resistente y bien compartimentada que optimice el sitio y pueda alojar las cacerolas y otros platos que no tienes ninguna gana de lavar a mano…
Los programas de lavado
Es esencial tener varias temperaturas de lavado. Si no, tendrás que ser tú quien lave a mano los platos muy sucios o las copas más frágiles. La horquilla va, de media, de 45ºC a 65ºC: 45-55ºC para un lavado económico (vajilla poco sucia), 55-65ºC para un ciclo normal y, si es posible, 65-75ºC para un lavado intensivo. Las máquinas más sofisticadas tienen sensores que estiman por sí solos el grado de suciedad…
Bueno saber: La tecla de marcha con diferímetro para poder funcionar en “horas valle” o incluso la tecla de media carga, que permite también importantes ahorros de energía.
El mantenimiento del lavavajillas
No hay nada más exasperante que una máquina que se atasque rápidamente y se averíe en cuanto se “traga” un trozo de zanahoria. Con el fin de evitar lo peor: el filtro de agua y el recipiente recolector tienen que ser auto-limpiantes y fácilmente desmontables. Elige una cuba de acero inoxidable, muy resistente a las rayas, a las manchas y a los olores. O en polipropileno, que permite un mejor aislamiento fónico y no se oxida.
Bueno saber: los indicadores electrónicos de los niveles de sal o del líquido abrillantador son bienvenidos. Ofrecen un control simple y diario.
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