Seguro que si en tu entorno tienes a personas que se han hecho algún tratamiento de depilación con láser o fotodepilación, o simplemente llevan algún que otro tatuaje, te habrán hablado de una crema "milagrosa" que hace que este tipo de procedimientos que suelen ser algo dolorosos, no te produzcan daño alguno.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y, pese a que es cierto que reducen el dolor y tienen ese efecto de anestesia, deben ser siempre aplicadas bajo supervisión médica y siguiendo estrictamente las recomendaciones en cuanto a cantidades indicadas en el prospecto.
Las cremas anestésicas más conocidas en nuestro país se llaman Emla y Lambdalina, se venden en farmacias y se dispensan con receta medica. Emla, como casi cualquier crema anestésica, está formulada a base de dos sustancias: la lidocaína y la prilocaína, que sirven para aliviar el dolor y que se aplican directamente en la piel antes de una intervención menor (en el caso de un hospital por ejemplo), de un tratamiento dermatológico con láser o incluso antes de hacerse un tatuaje.
¿Cómo se aplica Emla? Lo normal es usarla una hora antes del tratamiento o tatuaje, aplicando una capa sobre la zona y cubriéndola con papel film para incrementar la absorción del producto a través de la piel. Si este procedimiento lo realiza o lo prescribe un médico no hay problema, pero si es el propio paciente el que lo hace, utilizando algún envase que ya tenga por casa o que le haya dejado alguien, o el propio tatuador (que recordemos que no es un médico ni un profesional sanitario), puede provocar efectos secundarios de diversa gravedad.
Por ello, es de vital importancia que al utilizar Emla se respeten a rajatabla las cantidades descritas en el prospecto. La dosis habitual es de 1,5 a 2 gramos de producto por cada zona de piel de 10 cm². También hay que tener cuidado en las zonas con heridas, puesto que se absorbería mayor cantidad de producto.
Sin embargo, y pese a que el uso de Emla está bastante controlado en España, esta no es la única crema anestésica del mercado y existe la posibilidad de comprar online otro producto llamado tktx sin ningún tipo de control. Esto genera mucho más problema ya que cualquiera puede hacerse con ella y usarla a discreción sin contar con una receta o una recomendación médica. Además, tktx se comercializa en varias versiones distintas (clasificadas por colores) y que se diferencian en el porcentaje de lidocaína, prilocaína y adrenalina que contienen.
Para conocer el peligro real de este producto, hablamos con Virginia Sánchez, dermatóloga y Directora Médica de Clínicas Dorsia, y su respuesta no ha podido ser más clara: "Es muy peligroso utilizar cremas anestésicas sin conocer exactamente el porcentaje de activos y sin supervisión médica. Hay que tener en cuenta que son sustancias anestésicas que pueden pasar directamente al torrente sanguíneo y alcanzar niveles tóxicos".
Y añade: "Cuanto mayor sea la superficie de la piel en la que se aplica la crema anestésica, mayor absorción en sangre".
¿Es seguro entonces usar cremas anestésicas?
Si lo receta un médico y se usa en una zona pequeña no pasaría nada. La crema no la aplica el médico, se la aplica el paciente, pero la tiene que prescribir un médico y explicar cómo y cuándo usarla. Por lo tanto, es seguro usar una crema anestésica siempre y cuando sea prescrita por un médico y siguiendo las indicaciones del propio envase. Por el contrario, utilizarla sin ningún tipo de control, en un área muy grande, o demasiada cantidad de producto, especialmente si se trata de una crema comprada en internet, puede suponer un riesgo para la salud.
Sabemos que tanto la depilación láser (especialmente en zonas sensibles como las ingles o el pubis) como los tatuajes pueden ser procedimientos algo dolorosos, pero son procedimientos a los que nos sometemos de forma totalmente voluntaria, y por lo tanto debemos hacerlo de forma responsable, asumiendo los "daños colaterales" derivados de ellos, y sobre todo evitando poner en riesgo nuestra salud. La recomendación es acudir a un dermatólogo para que pueda valorar al paciente, la zona a tratar y así prescribir la crema anestésica al paciente para su uso previo al procedimiento.
Por ello, desde enfemenino recomendamos que antes de utilizar cualquier tipo de crema anestésica, consultes siempre con un médico, y sigas sus recomendaciones al pie de la letra para evitar cualquier tipo de efecto secundario.
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