Artículo elaborado por Carolina Arance, responsable general de Centros Esseda
El exceso de vello facial en mujeres se denomina ‘hirsutismo’ y puede suponer un auténtico problema para quien lo sufre. No solo desde el punto de vista estético, sino que también puede ser un indicador de problemas hormonales como el síndrome del ovario poliquístico, que requieren de un tratamiento médico que en muchas ocasiones es el responsable de la aparición inusual de vello en el rostro. Las causas de este exceso de vello pueden venir también inducidas por anteriores aplicaciones de láser que usan tecnologías como el diodo, que obligan a rasurar el pelo y ello incentiva el crecimiento del vello en muchas partes de la cara.
No obstante, ¿En qué zonas del rostro se dan estos problemas normalmente? Como bien sabemos lo habitual es que el vello aparezca en el labio superior, es decir en el bigote, o en las cejas. Sin embargo, cuando el vello empieza a crecer en el mentón y se extiende hacia el cuello o empieza a ser abundante en la zona de las patillas, estamos hablando de un verdadero signo de hirsutismo; siendo usual que las personas que lo padecen lo presenten alrededor de toda la cara, sin distinción.
La edad también es un factor muy determinante a considerar. Si bien hay mujeres que padecen de hirsutismo desde pequeñas, este problema suele afectar a aquellas que son hormonalmente inestables, sobre todo cuando se encuentran todavía en la etapa de desarrollo. Aunque suele ser con el paso de los años cuando el crecimiento del vello en el rostro se empieza a pronunciar más, a partir de los 30-45 años.
Entonces cuando sufrimos de este problema, nos surgen las siguientes preguntas: ¿es recomendable retirarlo?...y si lo es, ¿cuál es la forma más efectiva de depilación facial? Retirar el vello facial es totalmente recomendable, ya que la piel del rostro no requiere del vello para protegerse de nada. El método más eficaz para retirarlo es el láser Alejandrita, ya que a diferencia de otro tipo de láseres, es capaz de eliminar todo tipo de vello en todo tipo de pieles, siempre y cuando el vello tenga melanina ya que el láser ve color, porque la energía que emplea la destina únicamente a la melanina del pelo sin afectar a la melanina de la piel. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el láser diodo tiene una profundidad superior y puede estimular la aparición de manchas o producir quemaduras en la piel más profundas.
La edad idónea para comenzar el tratamiento del láser Alejandrita es a partir de los 23 años ya que la mujer hormonalmente está mucho más estable. Si bien, es cierto, que cuanto antes se empieza el tratamiento antes se termina.
El beneficio principal de este tipo de láser es que permite que el vello facial sea eliminado directamente, sin necesidad de tener que ser este rasurado entre sesión y sesión. Es decir, en lugar de incentivar su crecimiento como el resto de láseres, influye en la desaparición del vello desde la primera sesión. Por otra parte, también restablece el estado de la piel por el calor que emplea, estimulando las moléculas del agua y el colágeno, suponiendo una mejora en la hidratación y en la tersura de la epidermis del rostro.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tiempo entre sesión y sesión. Si bien en otras partes del cuerpo como piernas o pubis dejamos un margen de seis semanas, el vello facial necesita un repaso cada 4 semanas, ya que es más superficial y el recorrido del crecimiento del pelo es mucho más corto. Además, utilizar otras técnicas de depilación para eliminar el vello de la cara como las pinzas, puede influir en la aparición constante de granitos.
Con respecto a las sesiones necesarias que hacen falta para eliminar el vello de la cara, varían mucho de una mujer a otra. Lo que sí está claro es que aquellas que padecen de hirsutismo por problemas hormonales, al ser más inestables, necesitarán más. En este caso, el láser Alejandrita se convierte en un método de depilación a largo plazo, por lo que no se puede hablar de depilación permanente sino de depilación sostenida. Aunque también hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos puede ser un tratamiento definitivo, a no ser de que exista un problema hormonal.
Pero, ¿hay alguna consecuencia negativa a la hora de realizarse este tipo de láser? Como en todo tipo de tratamientos existen contraindicaciones, pero las mismas se pueden evitar siguiendo las indicaciones estipuladas por los profesionales.
Por ejemplo, es muy importante desmaquillarse de manera correcta y que la piel esté hidratada el día de la sesión. De igual modo que debemos evitar el uso de toallitas bronceadoras porque se pueden llegar a provocar quemaduras en el rostro, ya que el láser no se aplicaría sobre la piel, sino sobre el producto. Y además, es imprescindible tener cuidado con los rayos ultravioletas emitidos por el sol. El láser Alejandrita como tal no genera manchas en la piel, ya que su profundidad no lo permite. El paciente con la aplicación del láser, no va a tener ningún problema en este sentido.
Otro aspecto a tener en cuenta es si el láser en la cara puede doler o molestar. La potencia que se utiliza para la depilación facial no tiene apenas profundidad, ya que vello es muy superficial. Por este motivo, la aplicación del láser en el rostro molesta mucho menos que en otras partes del cuerpo donde se utiliza una potencia mayor porque la raíz del pelo es más profunda.
Por todo esto, el empleo del láser Alejandrita para la depilación facial presenta resultados muy satisfactorios, siempre y cuando los pacientes sigan las pautas para que esto sea así. Si el vello facial reaparece en algún momento después de la aplicación del láser en la sesión, no se debe tomar ninguna medida que no sea acudir a su centro a retirarlo inmediatamente, ya que si no se alterarán todas las fases posteriores del tratamiento.
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