Aunque hoy en día es muy fácil mantener el contacto con personas a las que no vemos a menudo, en los años 50 no era tan sencillo. Esto les ocurrió a Allan, que tenía 6 años en la época, y a Margaret, de 7, quienes vieron como sus vidas se desmoronaban tras el divorcio de sus padres en 1954. Según el periódico escocés The Scotsman, los chicos fueron a vivir con su padre a Plymouth, en el sur de Inglaterra, mientras que la hermana se fue con la madre a Escocia.
Cada uno creció y vivió sin tener contacto con el otro, pero ni Allan ni Margaret renunciaron a volver a verse un día, y han podido realizar su sueño gracias a un post en Facebook. “Revisé las partidas de nacimiento y de matrimonio, las listas electorales y otros registros para intentar encontrar a mi hermana. Mis búsquedas me llevaron a Escocia, pero allí perdí la pista por culpa de los sistemas de protección de datos”, contaba Allan al diario. Finalmente, tuvo la idea de utilizar Facebook para intentar acelerar las cosas, donde posteó una foto de ellos dos con su hermano Stewart, tomada en los años 50. “La colgué en mi perfil de Facebook con un mensaje para todos aquellos que pudiesen conocer a Margaret y ponernos en contacto”, relataba.
Una botella arrojada a un inmenso mar informático que podría haber estado a la deriva durante mucho tiempo si no fuese porque Margaret también le estaba buscando en Facebook: “Mi vecina estaba muy interesada en mi historia familiar y me ayudó a escribir un mensaje para un tal Allan Healy, pensando que mi hermano seguiría viviendo en Plymouth. Después, vino a decirme que había visto una foto en Facebook de un joven Allan Healy, un niño y una niña… y yo era esa niña”.
Un encuentro emocinante
Ahora, 60 años después del divorcio de sus padres, Allan y Margaret se reencontraron por fin en agosto en una gran reunión familiar en Dundee, donde vivían antes de la separación de sus padres. “Salí del coche, miré y vi a Margaret de pie. Corrí hacia ella y nos abrazamos, sin poder retener las lágrimas. No nos podíamos creer que estuviésemos de nuevo juntos, relataba emocionado el hermano.
LETTER
Y aunque no consiguieron que el hermano mayor, Stewart, de 69 años, fuese a la reunión, Allan tuvo la suerte de poder ver a su madre quien, a pesar de sus 88 años y estar enferma de Alzheimer, reconoció a su hijo nada más verlo. “Le dije ‘Hola mamá, he venido Allan a verte’. Levantó la mirada, tomó la mano de su hijo entre las suyas y le dijo ‘Ahora volvemos a estar todos juntos’”, concluía Margaret.