No sabes muy bien por qué, pero desde que has cumplido los 30 has empezado a restarte años… De hecho, alguna vez incluso te has aventurado a responder “veintimuchos” y dedicarle una mirada demoledora a quien te ha preguntado por tu edad, sin dar tregua a la realidad. Siendo sincera contigo misma, no tienes demasiadas quejas con respecto a tu vida, pero hay algo que te impide asumir la treintena con orgullo. Se llama “crisis de los 30” y, no te preocupes, le pasa a mucha gente.
Todos los estudios y profesionales que han abordado este tema hacen referencia a la depresión y a las sensaciones de inseguridad y soledad que experimentan quienes tienen alrededor de treinta años y empiezan a sentir la presión de estar próximos a los 35 sin tener claro su camino personal y profesional.
Cómo superar la crisis de los 30 años
Si te encuentras es esta situación es probable que optes por dar un giro de 180 grados a tu vida, dedicándote a probar cosas nuevas y a vivir todas aquellas experiencias de las que hasta el momento te habías privado. Llegados a este punto, es probable que te decantes por combatir la depresión por cumplir años pensando fundamentalmente en ti misma, saliendo mucho más que antes y probando relaciones que anteriormente no contemplabas.
Se trata de vivir una vida acorde a tus propios intereses y valores, sin que nadie te marque el paso. Normalmente, el resultado suele ser muy positivo, porque el 80% de quienes optan por dar este giro tan radical a su vida acaban sintiéndose muy bien, aunque también existen personas que, en el camino hacia su nueva versión, se reconcilian con las cosas que siempre han estado presentes en su vida.
Psicólogo online para combatir la crisis de los 30
Es posible que te preguntes por qué te está pasando esto. La aparición de la crisis de los 30 suele verse favorecida por el elevado nivel de estrés que a veces experimentan en el trabajo los recientes treintañeros, por el estancamiento que sufren sus relaciones de pareja y de amistad y por la frustración que produce no haber cumplido con sus propias expectativas. También se ve propiciado en muchas ocasiones por una ruptura de pareja.
Muchos hombres y mujeres entran de lleno en este estadio de crisis cuando comparan su panorama existencial con el que viven algunos de sus familiares, amigos o conocidos. La crisis de los 30 comienza en ese instante en el que te vuelves muy crítica contigo misma, recriminándote las oportunidades que has ido perdiendo desde que tenías 20 años. Entonces aparece la angustia, al verte cerca de los 35 o de los 40 sin tener un rumbo claro.
La crisis de los 30 existe y es un momento crítico porque empieza a aflorar un sentimiento de frustración o de fracaso. Y a rondarte por la cabeza la necesidad de salir de la zona de confort, mientras empiezas a observar síntomas de prematura vejez en tu persona, por asuntos tan nimios como recuperarte peor después de salir una noche o ser consciente de ciertos cambios físicos.
La buena noticia es que se puede superar esta situación de crisis. Te encuentras en un momento crucial de construcción de tu personalidad, en el que te vendrá bien recordar los fallos que cometiste durante la adolescencia y a partir de los 20 años, para no volver a caer en esos mismos errores. Es importante que rompas con el ‘qué dirán', que no hagas caso a los estereotipos establecidos. Has de ser lo que quieras ser, no lo que la sociedad espera de ti. Y no dejar de experimentar ni una sola cosa de aquellas que deseaste vivir a los 20 pero no te atreviste. Sé como tú deseas, no como te marquen la familia y la tradición, pero apóyate cuanto puedas en tus familiares y amigos.
Y, por supuesto, trátate bien, haz ejercicio y cuida tu dieta: notarás los efectos positivos que esto tiene en tu autoestima. No te olvides de sonreír, intenta ser optimista y disfrutar de la vida, haz planes para realizar cosas juntos si mantienes la pareja y ábrete a conocer gente si no la tienes.
¡Vive la vida! Mejora tu autoestima cuanto puedas
Ya has dado un paso muy importante: detectar que estás viviendo la crisis de los 30. Ahora, evita compararte con las personas que conoces, no tiene sentido que te hagas daño. Las personas no disponen de idénticas posibilidades, suerte y habilidades. Y, por encima de todo, mantén siempre una actitud positiva, desecha la tristeza, no caigas en la ansiedad por anticipación al pensar que “si no he hecho tal o cual cosa ahora, ya no podré hacerla jamás”.
En definitiva, intenta ser feliz por encima de todo; saca a pasear la alegría, el buen humor y el pensamiento positivo para poner tu autoestima por todo lo alto. Si te sientes bien con tu forma de vivir, mantenla, pero en caso contrario, no lo dudes lo más mínimo: ponte el mundo por montera y da un cambio radical a tu vida. ¡Vive! No renuncies a nada.
Contenido elaborado por TherapyChat, servicio de psicología online.
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