Alrededor de 14,000 tazas de café son consumidas anualmente en España, siendo esta bebida la principal fuente alimentaria de cafeína. No obstante, existen algunas otras opciones. El té es una alternativa, altamente implantado en países anglosajones y asiáticos, que ha probado por décadas ser una fuente diaria de beneficios saludables, al ser consumido tradicionalmente.
De acuerdo a un reciente estudio presentado en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) y realizado por investigadores de la Universidad del Sureste de China y la Universidad de Adelaida en Australia, el té negro o dark tea, producto de la fermentación, es el más destacado para el control del azúcar en la sangre. Una taza diaria ayuda a reducir el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 en un 47%, y en caso de pre diabetes, frena su progreso en un 53% mediante el control de la glucemia.
El estudio analizó a 1923 adultos de entre 20 y 80 años, con 1135 participantes en niveles normales de glucosa, 436 con diabetes y 352 en pre diabetes. Algunos eran bebedores habituales de té y algunos no lo tomaban. Se analizó la resistencia de insulina, el estado glucémico y la excreción de glucosa en la orina en relación con el consumo de té. Se determinó que el consumo diario de té incrementa la excreción de glucosa, mejorando la resistencia a la insulina y reduciendo el riesgo a la diabetes. En las personas que consumían normalmente té oscuro, los beneficios fueron más potentes.
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"Varios estudios previos han constatado beneficios del consumo del té, incluyendo una reducción del riesgo cardiovascular y la diabetes tipo 2", explica el profesor asociado de la Universidad de Adelaida, Tongzhi Wu. "Nuestros hallazgos sugieren un efecto protector del consumo habitual de té sobre el control del azúcar sanguíneo, en este caso mediante un aumento de la excreción de glucosa en la orina, una mejora de la resistencia a la insulina, y, por tanto, un mejor control del azúcar en sangre. Y estos beneficios serían más favorables en el caso del té oscuro", agrega el experto. Este efecto positivo se debe a la fermentación microbiana que ocurre durante la elaboración del té, la cual produce productos bioactivos únicos como aminoácidos libres, polifenoles, alcaloides y polisacáridos, produciendo antiinflamatorios y antioxidantes que mejoran el rendimiento de las células beta del páncreas, además de ayudar al cambio de la composición de las bacterias en el intestino.
El té negro no solo ayuda a prevenir y tratar la diabetes, sino también a proteger los riñones y el corazón por medio de la modulación directa o indirecta de la reabsorción de glucosa, proceso que hacen los fármacos antidiabéticos conocidos como iSGLT2, también conocidos como glucosúricos.