Las consecuencias de las conductas llevadas a cabo en este estado pueden ser muy graves (violación, incesto), por eso es fundamental un buen diagnóstico diferencial a la hora de valorar a una persona con esta patología. Es como si una parte del cerebro hubiera despertado y otra aún siguiera durmiendo. Aunque suene curioso o anecdótico, lo cierto es que es una patología que, aunque no se haya hablado demasiado de ellas (en el cine, por ejemplo), debe ser igualmente tratada en serio.
Causas de la sexomnia
Las causas de esta patología no están del todo claras debido a su reciente consideración como trastorno del sueño, aunque hay algunos fenómenos que están muy asociados con ella. El sueño de una persona sexomne es muy profundo, lo que favorece la disociación. Además, el estar pasando por una etapa de estrés agudo podría ser determinante, sobre todo si va asociado a una privación del sueño.
Por otro lado, se agrava la posibilidad cuando hay un consumo importante de alcohol u otras drogas, ya que debilitan las inhibiciones sociales. No está tan claro el factor genético como causa específica, aunque en otras parasomnias (trastornos del sueño) sí que tiene bastante peso.
Síntomas de la sexomnia
Quien primero se entera de que alguien sufre sexomnia es aquel que es testigo de ello. La persona que la sufre no es consciente de nada de lo que sucede en estos episodios, aunque pueden quedar restos físicos que no dejan lugar a duda, pero escapan a su comprensión. Así, cuando se despiertan, la ropa puede estar con signos de haber mantenido relaciones sexuales (restos de fluidos, rasgaduras) o pueden tener la sensación física genital de haber mantenido relaciones sexuales (escozor o congestión).
Consecuencias de la sexomnia
La pareja suele ser la primera persona que detecta este trastorno y su reacción puede variar desde no darle más importancia que a un ronquido, o incluso disfrutar con estos episodios al desinhibirse su pareja, hasta plantearse si podrá continuar en una relación en la que ha habido una o varias infidelidades pese a que su pareja no haya sido consciente de ellas.
La pareja necesariamente debe vincularse a cualquier tipo de intento terapéutico con mayor o menor profundidad, ya que si el sexo es parte integrante de la pareja, su manifestación también y por tanto también su tratamiento.
Prevención
Debido a los escasos casos clínicos recogidos, no se puede hoy por hoy establecer una prevención específica, pero se deben seguir unas pautas comunes antes de dormir para la higiene del sueño. Por ejemplo no sobreestimular la mente (TV, juegos de ordenador), hacer algo relajante (leer o escuchar música suave) y, muy importante, no privarse de sueño, manteniendo el mismo horario y evitando cenas copiosas.
Tratamiento de la sexomnia
El tratamiento de la sexomnia por un lado conlleva el consumo de medicamentos que eviten el sueño profundo por un lado, y que permitan la relajación de los músculos por otro. Además es necesario acudir al psicólogo para tener un tratamiento completo. Por un lado para llegar al origen de esta conducta y por otro para aprender a manejar el estrés correctamente. Es muy importante la participación de la pareja para tratar los posibles problemas que hayan podido surgir entre ellos derivados de esta patología.
Se trata de una patología del sueño como otras tantas, por tanto ocultarla no es una buena idea. Afrontar el problema y buscarle solución es lo mejor que se puede hacer, se trata de un problema que le puede pasar a cualquiera.
Artículo elaborado en colaboración con el doctor Raúl Padilla Soldado psicólogo en Psicología y Sexología en Madrid.
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