La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel. En condiciones normales, la piel se renueva completamente cada 28 días, pero en los pacientes con psoriasis este proceso dura sólo cuatro días, lo que produce las características lesiones de la enfermedad. Se trata de una enfermedad crónica (de por vida) que puede afectar tanto a niños como a adultos.
Hoy en día se conocen muchos factores que pueden influir en la aparición de la psoriasis (debemos recordar que no es una enfermedad contagiosa). Además de la predisposición genética, también el estrés, determinados fármacos, lesiones en la piel o un estilo de vida poco saludable pueden ser los responsables de esta enfermedad que condiciona la calidad de vida de los pacientes, principalmente por su componente estético.
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Síntomas de la psoriasis
Las lesiones de la psoriasis van más allá de lo que puede parecer simplemente una piel seca. En este caso se trata de placas delimitadas con un fondo rojo y una superficie escamada. Sobre la piel se forman escamas brillantes y blanquecinas. Además, también pueden aparecer fisuras y ampollas, provocadas por la sequedad de la piel. Estos son sus síntomas de carácter general, pero dependen también del tipo de psoriasis que se padezcan, pues existen diferentes tipos. Entre ellas:
- La psoriasis gutata, caracterizada por puntos pequeños y rojos que aparecen en la piel. Aparece durante la infancia por primera vez o en los primeros años de la edad adulta.
- La psoriasis pustular, observada principalmente en adultos. Cursa con ampollas y piel enrojecida.
- La psoriasis inversa: cuyas lesiones son lisas y de color rojo brillante.
- La psoriasis de placas, la más común de todas (80% de los casos).
El sol, un gran aliado
Todavía no se conoce un tratamiento definitivo para la psoriasis pero existen pautas que ayudan a mitigar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Cada caso ha de tratarse de forma individual porque la intensidad de los síntomas no es igual para todos. Por norma general, los síntomas de la psoriasis se alivian con tratamientos tópicos, fármacos orales que buscan controlar el sistema inmunitario y con fototerapia. Además, lo más importante es cuidar e hidratar la piel.
La psoriasis mejora en verano porque los rayos del sol reducen la inflamación de la piel y la propia reacción autoinmune del organismo. Por este motivo, el sol y el mar son muy beneficiosos para las personas con psoriasis y durante los meses de verano los síntomas suelen remitir.
Fuentes en la web de Acción Psoriasis, Asociación de Pacientes de Psoriasis, Artritis Psoriásica y Familiares.
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