Según proyecciones de la Organización Mundial de la Salud, la incidencia global del cáncer de próstata representa actualmente el 7,3% de los diagnósticos oncológicos anuales y la frecuencia de esta patología continuará incrementándose hasta mediados de siglo. Para combatir esta tendencia, resulta crucial adoptar un estilo de vida saludable y una dieta apropiada, factores esenciales en la prevención del cáncer en general, y particularmente del que afecta a la próstata masculina.
William Li, médico cardiovascular con formación en Harvard, advierte enfáticamente sobre la necesidad de prescindir de ciertos alimentos: los embutidos curados al humo, como el tocino, y las carnes rojas sobre cocinadas, debido a su alto contenido en grasas saturadas. Además, la probabilidad se incrementa notablemente a partir de los 50 años, siendo la edad otro factor crucial a considerar.
"La cocción de carnes a temperaturas elevadas, ya sea en la barbacoa o mediante técnicas de ahumado, genera una sustancia denominada aminas heterocíclicas (AHC)". Estos compuestos se forman como resultado de estos métodos de preparación intensos. El experto señala que la concentración de este agente cancerígeno se eleva al estar la carne más crujiente y tostada.
Li recomienda minimizar el consumo de estas carnes en la medida de lo posible. Sin embargo, si se opta por consumirlas, es preferible una cocción suave: el tocino apenas dorado presenta solo un décimo de AHC en comparación con uno muy frito. Además, la preparación en horno microondas reduce significativamente los niveles de AGE (productos finales de glicación avanzada). Tanto las AHC como los AGE son resultado de la denominada reacción de Maillard, un proceso químico que se intensifica con la aplicación de calor.
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Como alternativa, las semillas oleaginosas y las plantas leguminosas, particularmente la soja, son aconsejadas por Li como opciones proteicas de origen vegetal, sugiriendo incorporar a la dieta estos alimentos ricos en grasas beneficiosas para el corazón.
Además, el especialista indica que el consumo semanal de una porción de brócoli podría beneficiar el manejo de la enfermedad si esta se presenta, pues se ha asociado con una propagación reducida del padecimiento. Señala también que "la ingesta diaria de 100 gramos de frutas cítricas, como la naranja, se ha correlacionado con una disminución del 12% en la probabilidad de desarrollar carcinoma prostático".
