Recordatorio
1- La tradición quiere que el futuro marido o su familia se encargue de la compra del ramo de novia. Se elegirá en función de algunas indicaciones que habrás dado sutilmente: colores y estilos del vestido. Pero nada impide, evidentemente, ¡que te lo compongas tú misma!
2- Los prendidos que se ofrecerán al futuro marido, a sus testigos y a los padres irán a juego con el ramo.
3- Se entregará, preferentemente, la mañana del gran día en el domicilio de la novia y se conservará al fresco.
4- Se recomienda evitar las flores con pistilos que manchan como la flor de lis. Aunque es posible pedir que los corten antes de colocarlos en la composición.
5- ¡No te aferres a tu ramo si quieres seguir la tradición y lo lanzas a tus amigas solteras! Tu prometido puede haber tenido la precaución de encargar un segundo idéntico con el fin de poderlo conservar.
6- El lanzamiento del ramo: a la salida de la ceremonia civil o religiosa, antes de sentarse a la mesa o justo antes de abrir el baile, es cosa tuya elegir el momento en el que, de espaldas a las asistentes, lanzarás el ramo por los aires. ¡La mujer soltera que lo atrape al vuelo tendría que casarse ese año!
7- No tengas en la mano tu ramo y tu bolso. Dale este último a tu testigo y conserva contigo la bonita composición floral, claramente más estética en las fotos.
8- Las flores campestres se conservan mal y se ponen mustias rápidamente.
A cada una su ramo
Un ramo redondo: la forma más clásica y la más práctica. Pequeño, se lleva bien en la mano. Se viste de rosas, de composiciones exóticas o de hábiles mezclas de frutas, flores y verduras. Ideal para todas las novias.
Un ramo en cascada: a la moda hace mucho tiempo, ha sido destronado por el ramo redondo. Frondoso y compuesto de flores de tallos grandes, cae en una florida avalancha.
Perfecto para las novias altas y esbeltas y para los vestidos de líneas depuradas.
Un ramo a la moda: Abandona las composiciones mixtas a favor de realizaciones con un solo tipo de flor y monocromos. Algunas flores con hoja larga (lis, girasol, tulipán...), sin follaje y retenidas por una simple cinta de raso o un lazo de rafia.
Una buena idea para los vestidos de líneas contemporáneas o para los vestidos muy trabajados.
Un ramo campestre: si las flores de los campos se estropean pronto, es posible aportar una nota bucólica colocando algunas espigas de trigo entre los girasoles o gerberas.
Un ramo original: a las que les gusta la fantasía podrán decidirse por composiciones fuera de lo común: guirnaldas luminosas, caramelos, de chocolate, pelotas de tenis, plumas o pequeños personajes juntos en ramo...
Realizadas por una misma o por un profesional.
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