Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan una tendencia sorprendente: casarse está de moda y, contra todo pronóstico, lo hacemos cada vez más, más jóvenes.
Matrimonios en ascenso: Más que una tendencia, una ola
Los datos del Movimiento Natural de la Población e Indicadores Demográficos Básicos del 2022 son claros: se registraron 179.107 matrimonios, un impactante 20,5% más que en 2021, marcando el número más alto de la última década. La tasa bruta de nupcialidad se elevó a 3,7 matrimonios por cada 1.000 habitantes, aumentando 0,6 puntos.
La socióloga Verónica García-Peña sugiere que la pandemia ha jugado un papel crucial. Durante los momentos más difíciles, parejas que postergaron sus planes matrimoniales se sumaron a las celebraciones, inflando las cifras. Además, el "miedo pandémico" ha impulsado a muchas parejas a tomar decisiones importantes, desde mudarse juntos hasta dar el gran paso hacia el matrimonio.
Diversidad y juventud: Nuevas caras en el altar
Los datos revelan que un 3,5% de los matrimonios en 2022 fueron entre parejas del mismo sexo, alcanzando cifras sin precedentes (6.236 matrimonios). Las bodas entre personas de distintas nacionalidades también aumentaron, representando el 18,2% de los matrimonios, un incremento desde el 17,4% en 2021.
Un hecho notable es la disminución de la edad al contraer matrimonio. Los hombres redujeron su edad promedio en dos décimas, ubicándose en 39,3 años, mientras que las mujeres lo hicieron en una décima, llegando a los 36,6 años.
García-Peña destaca la influencia de costumbres extranjeras, ahora arraigadas en la sociedad española, y el impacto del "miedo pandémico" en esta reducción de edad. La experta señala que las prácticas de países latinoamericanos, donde el matrimonio a temprana edad es común, están influyendo en las tendencias demográficas.
Amor en la madurez: El sorprendente aumento de bodas entre mayores de 60
Una sorpresa demográfica es el aumento significativo de matrimonios entre personas mayores de 60 años. Mientras que en las mujeres también se observa un crecimiento, es mucho menor en comparación con los hombres, que han duplicado su cifra en la última década.
García-Peña atribuye este fenómeno al miedo a la soledad que la pandemia ha instaurado, junto con la pérdida del temor a intentarlo nuevamente. El matrimonio, incluso en edades avanzadas, se presenta como una forma de vivir el momento y superar prejuicios sociales y personales.
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