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Decálogo para ser la invitada perfecta

por Alba Gómez ,
Decálogo para ser la invitada perfecta© iStockphoto

Mayo es conocido también como el mes BBC, por estar repleto de bodas, bautizos y comuniones. Si quieres ser la invitada perfecta a cualquiera de estas celebraciones toma nota, no solo el vestido y los complementos son importantes, si no también el saber estar.

Índice
  1. · Confirmarás tu asistencia sobre todas las cosas
  2. · No improvisarás el regalo
  3. · No asistirás vestida de blanco
  4. · No te mofarás de la ceremonia religiosa
  5. · No tirarás arroz a la cabeza de los recién casados
  6. · No te olvidarás de las felicitaciones
  7. · No llevarás a más gente de la que se pide
  8. · No modificarás la organización de las mesas
  9. · No le sacarás los colores a nadie con tu discurso
  10. · No abusarás del alcohol

1. Confirmarás tu asistencia sobre todas las cosas

Es bien sabido que la organización de una boda es complicada y puede provocar a menudo crisis de ansiedad extremas en los novios. No partas del principio de que al no responder se entiende que no asistirás al evento y no obligues a los anfitriones a que te llamen para confirmar tu asistencia.

Si en la invitación se pone SRC, es decir, se ruega confirmación, ¡es por algo! A menudo esta petición va acompañada de una fecha límite. Que no se te pase. Llámales, escríbeles un email o a modo tradicional, coge papel y lápiz y envíales una nota. Si bien es cierto que un enlace requiere una mayor organización, en un bautizo o comunión la confirmación de asistencia es igual de importante.

Cómo ser la invitada perfecta © iStockphoto
Cómo ser la invitada perfecta
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2. No improvisarás el regalo

No hay excusas para comprar el regalo en el último minuto, rápido y mal. Así que semanas antes al gran día acuérdate de echar un vistazo a la lista elaborada por los novios, llamar a los padres y preguntarles que necesitan para el bebé, o buscar un regalo acorde con la edad del niño.

Para saber dónde han elaborado los anfitriones la lista de regalos o si los novios han previsto un «bote común», pregunta a los testigos o familiares más cercanos.

3. No asistirás vestida de blanco

Evidente, ¿verdad? Pues este principio tan básico lo suelen violar los seguidores más férreos de la moda. Aunque el blanco sea la tendencia de la temporada y hayas encontrado el vestido perfecto ¡no lo hagas! La única persona autorizada a ir de blanco es la protagonista del día, ya sea la novia o la niña que hace la comunión. Sí que está permitido llevar la mitad del look en blanco o los accesorios. ¡Tampoco hay que ser exagerada!

Es igualmente recomendable vestir decentemente, evitando faldas muy cortas o un escote de escándalo que llamen la atención de todos los invitados. ¿Ya es demasiado tarde y vas toda de blanco? Aléjate al máximo de la novia en las instantáneas de grupo y lleva complementos de colores o un fular para pasar lo máximo desapercibida.

4. No te mofarás de la ceremonia religiosa

Aunque no se corresponda con tus convicciones es muy importante no reír, hablar, enviar Whatsapps o masticar chicle durante la ceremonia religiosa. Si realmente te resulta incómodo, nadie te obliga a asistir a esta parte del evento, puedes quedarte fuera de la iglesia, seguramente no estarás solo. Si decides hacerlo, hazlo con respeto. Los más involucrados incluso accederán a participar en los cantos y las lecturas puntuales.

5. No tirarás arroz a la cabeza de los recién casados

Ya está prohibido arrojar arroz a la salida de los ayuntamientos, iglesias y otros lugares religiosos. No sólo es indigesto para los pájaros sino que, además, ensucia el lugar y puede dejar tuerto a alguien. Así que si los enamorados no indican lo contrario, es mejor lanzar pétalos de rosas, confetti o pompas de jabón, aunque nosotros recomendamos no hacer nada. Si la pareja no es muy fan de esta tradición, no vale la pena imponerla.

6. No te olvidarás de las felicitaciones

No te tires a los brazos de los recién casados en cuanto salgan de la ceremonia. Espera educadamente tu turno y cuando éste llegue no los acapares. Tendrás todo el tiempo del mundo para contarles tu vida más tarde.
Tampoco olvides saludar y felicitar a los padres de los nuevos tórtolos o a los abuelos del recién nacido.
Si ves que no te prestan mucha atención, o no te dan las gracias por el regalo, no te enfades. Ese día tienen demasiadas cosas en la cabeza y están en un estado de aturdimiento total.

7. No llevarás a más gente de la que se pide

Lo importante está en el sobre. Si la invitación sólo va a tu nombre, significa que los hijos no están invitados. Esto puede molestarte pero es la decisión de los novios y hay que respetarla. Así que, nada de aterrizar con los hijos bajo el brazo con la excusa de que no has encontrado canguro. Tendrás que organizarte. Si tienes alguna duda, puedes llamar a la novia para asegurarte, pero sin meterle presión para que acepte. Y, seamos honestas, asistir sin ellos te permitirá desconectar mucho. De la misma manera que no llegarás con tu nueva pareja sin que en la invitación lo ponga y mucho menos sin haber preguntado si puedes llevar acompañante.

8. No modificarás la organización de las mesas

Nunca es divertido pasar una velada con gente que no conoces o, todo lo contrario, gente a la que conoces demasiado bien. Pero es así. Los anfitriones han tardado horas en establecer la organización de las mesas para satisfacer más o menos a todo el mundo, así que es inútil molestar. Si resulta que el lugar que te ha tocado es realmente inaceptable (al lado de tu ex, en la mesa de los niños, etc.) intenta cambiar discretamente el lugar con otro invitado.
Si hay alguien a quien tienes verdadera alergia (la prima que te robó el novio) o, al contrario, tienes muchísimas ganas de estar cerca de algún invitado (el primo del novio con quien fantaseas desde hace años), habla con el futuro matrimonio algunos meses antes de la boda para que realicen los ajustes necesarios.

9. No le sacarás los colores a nadie con tu discurso

Si te ha tocado la ardua tarea de hacer de testigo o sientes unas ganas insaciables de honrar a los anfitriones con un discurso, no vayas a lo fácil. Evita las pequeñas anécdotas divertidas para ti pero humillantes para ellos, las fotos ridículas, los ajustes de cuentas y cualquier alusión a los ex, noches demasiado subiditas de tono o penas de amor. No olvides que el objetivo es complacer a los novios, no dar a los invitados una sesión de tele realidad con sangre, lágrimas y sexo. Intenta utilizar palabras comprensibles para todo el mundo, piensa que te diriges a una audiencia de entre 5 y 90 años.Una idea, a la hora de escribir el discurso piensa en la regla básica: «No hagas a lo demás lo que no quieres que te hagan a ti.»

10. No abusarás del alcohol

Si quieres mantener tu honor intacto y tu dignidad también, sé responsable a la hora de beber alcohol. Todos sabemos cual es el momento de tomarse la última y porque haya barra libre no debes bebértelo todo como si no hubiera un mañana. Piensa que a medida que se acerque la noche tu nivel de alcohol irá subiendo en proporción a la vergüenza de los anfitriones. Además, piensa en las fotos que dejarás para el recuerdo, ojos panda, pelos de loca y caídas épicas dignas de recordar. El truco: Dosifica las copas de cava y altérnalas con pequeños y frecuentes vasos de agua. Evita también las mezclas, tu resaca te lo agradecerá.

Y después de esta lista de normas, ¿estás preparada para ser la invitada perfecta?

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Alba Gómez
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