Conocieron el éxito, tal vez, demasiado pronto en sus vidas. Fueron jóvenes, ocupaban portadas de revistas en todo el mundo y sus cuentas bancarias tenían demasiados ceros. Fueron estrellas adolescentes gracias a un gran éxito puntual en uno de sus trabajos. Después, la fama cuesta mantenerla.
Han sido muchos los niños y jóvenes que gracias al cine y a la televisión se hicieron muy conocidos. Pero también han sido muchos los que no han sabido gestionar su fama y gastaron demasiado dinero en una vida muy poco sana. Por eso se alejaron de la interpretación y hoy en día muchos son grandes desconocidos. Otros siguen intentando hacerse un hueco en Hollywood.
Un claro ejemplo es Macaulay Culkin. Se hizo conocido en el mundo entero gracias a su papel en Solo en casa. Después conquistaría al público en cintas como Mi chica. Ahora está desubicado y a sus 36 años le cuesta encontrar papeles.
Como él, muchos otros han tenido que cambiar de profesión para poder vivir ya que el mundo de la interpretación ya no les dejaba muchos ingresos a final de mes. El joven Jake Lloyd saltó a la fama por la segunda trilogía de Star Wars y enamoró a los espectadores. No se conocen muchos más proyectos de este chico que ya tiene 28 años que padece de esquizofrenia.
En el lado femenino, se lleva la medalla de oro Lindsay Lohan. Su melena pelirroja hizo que Hollywood se rindiera a sus pies tras protagonizar el remake de Tú a Londres y yo a California. Interpretando a unas gemelas, se ganó el apoyo de la industria. Según fue creciendo, su imagen se fue desmoronando y ahora pocos productores quieren trabajar con ella por sus problemas con la justicia.
El adorable Jonathan Lipnicki se hizo muy conocido por trabajar en cintas como Kerry Maguire, Doctor Dolittle y Stuart Little. Desaparecería del mundo de la interpretación y ahora es un joven de 26 años muy musculado al que pocos reconocerían por la calle. Es el caso de actores como Taran Noah Smith, el niño de Un chapuzas en casa, o Brian Bonsall, el hermano de Michael J. Fox en la serie Enredos de familia.
En la gran pantalla está el caso de Edward Furlong, que se comía la pantalla al interpretar a John Connor en las clásicas cintas de Terminator. Contó con una gran filmografía en sus inicios, pero sumar varios millones de dólares en sus cuentas le hizo caer en una mala vida de la que no se han podido recuperar nunca.
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