Si bien Kate mostró una piel más cansada y rasgos más marcados, es importante considerar que factores como el estrés y los efectos secundarios de tratamientos médicos intensivos pueden tener un impacto significativo. Según el Dr. Kierzek, el estrés prolongado, que es común en situaciones difíciles como la cirugía o el diagnóstico de una enfermedad, provoca un aumento de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la salud de la piel, volviéndola más sensible y propensa a signos de envejecimiento. Además, la falta de descanso adecuado contribuye a la pérdida de colágeno, fundamental para la elasticidad de la piel.
LETTER
El impacto de la dieta y la quimioterapia en la piel
Otro factor clave es la alimentación. Tras una intervención quirúrgica o un tratamiento como la quimioterapia, es frecuente que se produzca una dieta desequilibrada, lo que afecta la salud de la piel, especialmente cuando falta una cantidad adecuada de antioxidantes y ácidos grasos esenciales.
La quimioterapia también deja huella en la piel, provocando efectos como sequedad, irritación y cambios en el tono de la piel debido a su acción sobre las células de rápido crecimiento. Aunque la mayoría de estos efectos desaparecen una vez terminado el tratamiento, algunos pueden ser permanentes.