La primavera ha llegado llenando de alegría y alboroto nuestras vidas a base de alergias, infecciones nasales y bodas a cascoporro. ¿Qué bonito, verdad? Si eres de las que odian dejarse la pasta y la vida en busca del modelito perfecto, debes saber que con un simple cambio de accesorios y un vestido de lo más sencillo puedes conseguir destacar más que la propia novia un look espectacular.
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De dónde venimos, a dónde vamos, si hay vida después de la muerte o cuántas veces podemos repetir modelito, son algunas de las incógnitas que hasta ahora la humanidad no ha sabido responder. ¡Hasta ahora! En nuestra redacción somos la mar de espabilados y tenemos soluciones para todo, como las abuelas. "Tengo dos bodas diferentes, cada una en una punta del globo terráqueo y con gente completamente distinta, pero ¿cómo voy a repetir vestido? ¡Qué desfachatez! ¡Me lo van a ver en Facebook!". Me-lo-van-a-ver-en-Fa-ce-booook. Éste es el momento de la vida en el que maldices las redes sociales y desearías que Mark Zuckerberg se hubiera dedicado a la horticultura en vez de complicarnos la vida con su caralibro. Que no cunda el pánico, ¡hijas del agobio!
Para empezar, tu elección de vestuario se debe hacer en base al tipo de ceremonia a la que vayas a asistir: por la Iglesia o por lo civil, en invierno o en verano, de mañana o de tarde, informal o de etiqueta, en el campo o en la ciudad... y así podemos seguir hasta mañana. Adecuarte a estas reglas no escritas de las bodas es fundamental para que no vayas hecha un cuadro acertar. Ya te hemos dicho que tu vestido lo puedes reutilizar, así que sólo te falta elegir los complementos acertados para dar un giro radical a tu look. Hay accesorios esenciales que deberás llevar sí o sí, y otros de los que puedes prescindir pero que pueden dar ese toque diferente a tu outfit.
Esenciales
Un buen zapato de piel es fundamental, con una altura con la que puedas mantener tu dignidad e integridad física durante todo el día. Es una inversión que te puede salvar de muchos contratiempos. Si la boda es en primavera o verano, una sandalia de tiras sencilla con pulsera al tobillo será una buena opción de fondo de armario. ¿En invierno? Un infalible stiletto. El combo ideal lo completa el bolso. Siempre pequeño y de mano, tipo clutch o en forma de sobre será perfecto.
Prescindibles pero altamente necesarios
Engloba el amplio espectro de todo lo que te puedes poner en la cabeza: pamelas, cannotiers, tocados, turbantes, coronas de flores, diademas... Según el manual básico de invitadas de boda nivel principiante, debes saber que las pamelas y los tocados son solo para el día. Bajo ningún concepto deberás quitártelo (como los chicos la chaqueta del traje, no lo hagáis jamás). Si el del asiento de atrás no ve con las florituras que emergen de tu cabeza que se cambie de sitio. Si lo eliges bien, un look normalito pasará a ser increíble.
Nunca subestimes el poder de un cinturón. Fajines bordados, cinturones joya o de pasamanería son un plus que subirá muchos puntos a los vestidos más básicos. ¿Y qué me dices de las joyas? Procura prescindir de la bisutería y no te sobrecargues. Elije esos pendientes que aporten luz a tu rostro, anillos sencillos o collares contundentes que centren la atención de tu outfit.
Por último, gafas de sol: ¿sí o no? Pues no. Si el protocolo lo niega, no lo vamos a contradecir.
Apuesta por los colores vibrantes, prueba a ponerte prendas diferentes, mezcla texturas y estampados pero, sobre todo, se fiel a tu esencia, defiende tu estilo y siéntete cómoda con lo que llevas puesto. Esa es la actitud de la invitada perfecta.
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