Hermès, Dior, Loewe, Chanel... Reyes de la moda y de un imperio que va más allá de eso. Afortunadas las que poseen uno y un sueño para las que suspiramos por tocarlos. ¿Cuántas veces te has parado a mirarlos al pasar por delante de sus escaparates? Si a ti también te encantan, no te pierdas este artículo y descubre la leyenda que hay tras ellos.
Birkin de Hermès
En su origen este bolso era la interpretación de una alforja que se acoplaba al caballo para llevar los accesorios del jinete, pero Jane Birkin quería un bolso en el que pudiese llevar todo su universo y para ella fue creado en 1984. El más cotizado es el de cuarenta centímetros y requiere veinticinco horas de fabricación y años de espera
La mejor manera de entender qué es un Birkin para las mujeres de medio mundo lo explica Lauren Weisberger (“El diablo viste de Prada”) en su último best seller, “Cómo ser lo más de Nueva York”:
“-Jo-der, pero tú estás viendo eso- chilló Elisa. Yo volví la mirada para encontrarme una chica desgarbada, en vaqueros y de pelo lacio bastante normalita.
-¿Quién es?- pregunté…
-¡No es “quién”, es “qué”… -¿Estás de broma?, ¿necesitas gafas?, ¿es que no lo ves?… -Dios mío, es irresistible, es increíble, es un Birkin de piel de cocodrilo, el más raro de todos…
-¿Un “qué”?- pregunté…
-Habrás oído hablar de Hermès…
-Claro, mi tío tiene corbatas de esa marca…
-Pues mucho más importante que las corbatas, mil veces más prestigioso es el Birkin… -Sí, es un bolso precioso…
-No es ningún bolsito Bette, es una forma de vida, yo pagaría sin pensarlo si pudiera hacerme con uno… -Es que no lo entiendes, no se trata de un bolso es una declaración de principios, te define como persona, es una razón para vivir”.
El Birkin no es el único bolso con nombre propio...También existe el Kelly, en honor a la princesa de Mónaco, quién durante su embarazo ocultaba su barriga con un precioso bolso de Hermès.
2.55 de Chanel
Poca gente sabe que el bolso icono de Chanel lleva por nombre un número que parece un código. Sin embargo, corresponde a la fecha de nacimiento del propio bolso: febrero de 1955. Es inconfundible con sus cadenas entrelazadas al cuero, su piel acolchada “matelassé” y su cierre con la doble C de Coco Chanel.
Pionera en todo, fue la primera en imponer la versión elegante del bolso en bandolera. Hasta el momento ese tipo de bolso con correa larga sólo lo llevaban los militares, los cazadores y los jinetes en forma de alforja. Pero Coco decidió que las mujeres debían de llevar las manos libres y moverse con toda comodidad según su propia frase “estoy harta de tener que llevar bolso de mano; acabo perdiéndolo, por eso los llevo en bandolera y estoy la mar de satisfecha”. A su genialidad ni siquiera le hizo falta que se lo colgase una starlet o una people cualquiera para convertirlo en el bolso más intemporal, universal y codiciado de la historia de la moda. Lo que no saben sus admiradoras o las afortunadas propietarias del 2.55 es que para conseguir la delicadeza de sus detalles, sus tres bolsillos de fuelle del interior, el bolsillo dedicado a la barra de labios, sus forros de seda o piel y su cremallera protectora para guardar el dinero o las cartas de amor se necesitan ciento ochenta manipulaciones diferentes.
Amazona de Loewe
1975 es la fecha de lanzamiento del bolso Amazona de Loewe, el primer bolso sin forro, reconocible entre todos gracias al aristocrático anagrama de la casa madrileña, hoy en la onda de LVMH. Amazona se adelantó también a los años noventa, cuando los bolsos ocuparon el sitio de los perfumes como vedettes de las firmas de lujo
Si por clásico se entiende lo que impone su autoridad, escapa a la usura del tiempo, se ríe absolutamente de las tendencias que no duran más que una temporada, el bolso Amazona de Loewe, reinterpretado cada temporada en cocodrilo, serpiente, charol, aparte de la inimitable napa española, es el clásico de los clásicos y sobre todo la fórmula mágica del buen gusto a la española. Hace treinta y cuatro años nacía una leyenda dirigida exclusivamente a las mujeres del Mayo francés, una mujer que desafía los convencionalismos y que quiere un nuevo lujo para llevar las veinticuatro horas del día y cada día de la semana. Un bolso espacioso, flexible, sin forro, que en su primera versión esconde la napa más suntuosa y deja ver el ante más delicado del mundo. Por supuesto enteramente elaborado a mano y plagado de pequeños detalles del ADN español: sus cuatro clavos metálicos de las puertas andaluzas, el código cromático oro y marrón de las tierras castellanas y su anagrama grabado a fuego como la divisa de los toros.
Lady Dior de Dior
Lady Di paseó el presente ofrecido por la casa Dior por hospitales infantiles y en visitas oficiales a países del extranjero. Sus fotos, bolso en mano, publicadas por la prensa, dieron la vuelta al mundo. Paradojas de la vida: tanto el bolso como la mujer que lo llevaba se han convertido, con el paso del tiempo, en iconos.
Nadie pone en duda la pasión que despiertan los bolsos, prueba de ello una simple cifra: 200 son las solicitudes diarias que recibe la empresa dedicada al alquiler de bolsos de lujo SacDeLuxe. Basta una aparición en el brazo de una estrella del cine y las demandas del modelo en cuestión se disparan. En el éxito de Lady Dior tuvo mucho que ver aquella primera mujer que lo llevó: Lady Di. En septiembre de 1995, Diana de Gales asiste en París a una exposición en el Grand Palais. Bernadette Chirac, esposa del por entonces alcalde de la Ciudad de la Luz, pidió a Dior la confección de un exclusivo regalo para la princesa. El resultado fue este bolso, un clásico para la casa francesa que se ha ido renovando con los años. La piel acolchada (diseño inspirado en las sillas de Luis XV), las dos asas cortas con arandelas y el colgador con las iniciales de la casa son sus señas de identidad. En 1996 Dior solicitó a Diana su nombre para bautizarlo: ella dijo sí. Fue el inicio de la leyenda…
G Bag de Tod's
La marca es, sobre todo, conocida por sus famosos zapatos gommino, pero es incuestionable el savoir faire de los italianos en la fabricación de bolsos: por algo las mujeres que tienen un Tod’s saben que cuentan con un compañero para toda la vida. Funcional y práctico, es un accesorio que no pasa de moda y por el que, parece, tampoco pasa el tiempo.
La firma italiana es sinónimo de comodidad, de excelentes materiales, de buen gusto, de elegancia… Eso y mucho más se resumen en lo que es la nueva apuesta de Tod’s de cara a esta primavera: Tod’s G Bag, un modelo espacioso, chic, versátil, adornado con detalles ecuestres y rematado a mano, como sólo saben hacerlo los maestros artesanos. Está pensado a imagen de la mujer actual (por algo su embajadora es Gwyneth Paltrow), que busca que este accesorio sea, sobre todo, cómodo. Metalizado en todo tipo de pieles, incluso exóticas como la pitón o el cocodrilo, y con una gama de colores de lo más amplia: tostado, coñac, magenta, azul, amarillo, púrpura… Elementos de vanguardia que maridan con la tradición, la calidad y ese sabor especial propio del Made in Italy. Una explosión de luz que iluminará los días y que hará nuestros brazos más bellos aún… ¡si cabe!
Speddy de Louis Vuitton
El bolso como artículo imperecedero, como viaje en el tiempo, como flashback… Todas estas connotaciones se asocian a Louis Vuitton, artista que inició su andadura precisamente a pie, marchando desde su pueblo natal hacia el París de 1837, en el que los desplazamientos en ferrocarril habían hecho aumentar la demanda de fabricantes y empaquetadores de baúles. Hoy sus creaciones siguen viajando…
Algunos modelos se convierten en el buque insignia de la firma que los fabrica y éste es el caso de Speedy. Es el hermano pequeño del Keepall, pequeño por ser de menor tamaño pero no por tener menos éxito: su nombre hace referencia a los trotamundos que, inquietos, recorren el planeta. Incombustible, versátil, es un bolso que no tiene edad. En los años 60 se convirtió en un bolso fourre-tout, o sea, para llevar cualquier cosa, y hoy sigue dando guerra, reinventado en una y mil versiones y adaptado a los tiempos que corren, pero sin por ello renunciar a la calidad que sólo el rey de los baúles sabe imprimir en sus productos. Desde el mítico Speedy con tela Monogram de Louis Vuitton, imitado y best seller a partes iguales, hasta el modelo rediseñado por el gurú Marc Jacobs, es, sin duda, un valor eterno, una pieza de museo, una auténtica pieza de coleccionista.
¿Y tú, por cuál suspiras?
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