Atrevindicativa es un proyecto universitario sin ánimo de lucro dedicado al desarrollo de una línea de camisetas reivindicativas y feministas que visibilizan la diversidad de todos los tipos de cuerpo y todos los tipos de pecho. La iniciativa, que ya acumula una importante legión de fans y más de 40.000 seguidores en Instagram, consigue abrir un debate. Con ella, los diez estudiantes del grado de emprendimiento Leinn que la conforman abren un debate necesario, naturalizan la imagen del pecho femenino y luchan contra la censura de medios y redes sociales.
Y es que las políticas de Instagram y Facebook están en contra de la visibilización del pecho femenino, por lo que vetan en sus plataformas las publicaciones relacionadas con el mismo. Un bloqueo a todas luces desmesurado para el tamaño del proyecto. Pero la censura va más allá: se le negó la publicidad online a la iniciativa desde que iniciase su andadura, lo que supuso un gran impedimento para llegar a más público. Como resultado, sus publicaciones se invisibilizaron y llegaron solo a un 1% de su público.
Acciones bloqueadas en redes sociales
Las camisetas se lanzaron el junio de este año y desde hace ya meses sufren pequeños bloqueos en redes sociales: fueron dos meses los que no se permitió hacer publicaciones en stories de Instagram ni comentar en publicaciones, propias o ajenas. El siguiente paso fue la eliminación de parte de sus seguidores, incluso los que pertenecían al círculo más cercano del proyecto.
La imposibilidad de iniciar una lucha contra un gigante como Facebook, provoco desesperación y agotamiento a los miembros de esta iniciativa modesta y benéfica. Y no solo eso, sino además un ahogo económico que les obligó a plantearse cerrar el proyecto.
La importancia de la visibilización
Creímos que las redes sociales podrían servir de plataformas para la reivindicación, la visibilización y el apoyo a cuestiones sociales a las que es necesario dar voz. Sin embargo, se están convirtiendo en un instrumento más al servicio de la censura, llegando a los rincones a los que no llega la censura del gobierno.
El feminismo incomoda, hace un ruido que muchos no quieren escuchar. Nos obliga a ver cosas consideradas "imperfectas" cuando son solo una realidad más como otra cualquiera. Por desgracia, sus reivindicaciones son a veces silenciadas, porque hay herramientas muy poderosas al servicio de la censura. En este caso, se trata una vez más de una batalla desigual e injusta, un gigante que se enfrenta a una iniciativa humilde y entusiasta, pero, ante todo, necesaria.
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