Se define como 'menstrual designer' y lo cierto es que hace honor a su nombre. Jen Lewis ha conseguido llegar a donde nadie nunca antes había llegado -al menos de forma artística- utilizando la sangre de su periodo para crear obras de arte. Lejos de lo extraño que pudiera parecer, la fotógrafa ha captado imágenes abstractas que recuerdan al fuego, las constelaciones o incluso al algodón de azúcar. Imágenes preciosas que hacen que del movimiento de la sangre su eje principal:
Aparte de necesitar un objetivo macro, su técnica no necesita muchos artificios. Al principio, simplemente vaciaban la copa menstrual de Jen en el inodoro cuando llegaba de trabajar. El contraste del rojo de la sangre con el blanco de la porcelana, la forma en que el flujo se movía en el agua y su apariencia distinta según el día del periodo, convertían cada imagen en una pieza única. Después de un año siguiendo este método, la pareja comenzó a experimentar alejados del cuarto de baño. Ahora utilizan un pequeño acuario y una mezcla de agua dulce y salada. La diferencia de densidades logra que el movimiento de la sangre sea aún más asombroso. Cada sesión es un experimento diferente en la que los líquidos no se pueden controlar y el resultado es imposible de predecir
No es algo nuevo, se dedica a ello desde 2012 queriendo cambiar la percepción social que existe respecto al hecho de tener el periodo. Todo comenzó de la forma más inocente: "Un día, después de vaciar mi copa menstrual, me fijé en la sangre que quedaba en mis dedos y comencé a preguntarme por qué la sociedad considera la menstruación como algo desagradable. La sangre, las referencias gore y la violencia gratuita están por todas partes en la cultura pop (noticias, deportes, películas, videojuegos, música...) pero la de la regla ha sido completamente borrada del paisaje visual”, ha indicado la artista a Smoda.
En el desarrollo de su proyecto solo le ha hecho falta la ayuda de su marido, el fotógrafo e ilustrador Rob Lewis, y su propia regla. Comenzaron tirando la sangre por el inodoro y retratando los efectos que ésta tenía sobre el blanco de la porcelana. Luego llegaría la experimentación, usando pequeños acuarios y mezclas de agua dulce y salada para conseguir diferentes densidades, que crean movimientos tan espectaculares como los que se muestran en este vídeo:
Si quieres saber más sobre el proyecto de Jen, visita su web
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