El término fue usado por primera vez en 1973 en la revista The Queen Bee Syndrome, donde psicólogos lo acuñaron a mujeres que atribuían su éxito profesional a “méritos propios” y “rodeándose de hombres” sin ayuda del sistema y negando la discriminacion femenina. En concreto se refiere a una competencia entre mujeres.
Como cita la socióloga en su tesis, “Las mujeres con este síndrome estarían amenazadas por otras mujeres, al final para recibir la atención de otros hombres. Ellas evaluarán de forma negativa a otras mujeres, así como intentarían destruir su éxito”
La imitación de un comportamiento masculino o hetero-normado es otra de las actitudes características de este síndrome, por lo que otras mujeres son vistas como rivales o débiles aplicando discriminación hacia ellas.
Daniela Olaiz, psicóloga feminista y activista, menciona que hay un esfuerzo de remper un techo de cristal a niveles altos que lleva a tomar actitudes masculinizadas, explicando que “En estos niveles hay una exigencia de no mostrar ninguna sensibilidad, pero esto se vuelve un arma de doble filo porque esta mujer hacia abajo sabe que los varones que le responden la pueden resentir”
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La clave para resolver estos conflictos
La psicóloga activista explica: “Las mujeres que le reportan van a ser tratadas cómo sus compañeros varones las tratan para poder conservar ese estatus dentro del espacio de liderazgo”, sin embargo asegura que a estas mujeres en altos niveles se les exige también mantener una gran apariencia física, puesto que será lo primero que se les juzga.
De esta forma concluye que este síndrome se puede resolver con la sororidad, puesto que por medio del apoyo entre mujeres se podrían eliminar los estigmas. El síndrome podría generar acoso laboral y abusos, según la Universidad Complutense de Madrid, por lo que crear conciencia sobre los estigmas creados con relación a la convivencia entre mujeres es recomendado.
“Las mujeres debemos de construir entre nosotras este pacto de sororidad; ser un apoyo incondicional entre nosotras para ser comunidad, porque no se puede llegar solas. Lo que yo recomiendo es el feminismo, para analizar y entender las interacciones entre mujeres” comentó.