A principios de este mes, el Congreso chileno aprobaba un proyecto de Ley muy esperado por la mayoría de la ciudadanía del país latinoamericano: la despenalización del aborto. Junto a otros países del continente, como República Dominicana o El Salvador, Chile estaba dentro de la lista de siete países del mundo en el que el aborto se persigue en todas las circunstancias. A partir de ahora, las chilenas podrán tomar esta decisión si el embarazo es fruto de una violación, implica riesgo para la vida de la madre o hay inviabilidad del feto.
Esta medida ha sido una de las principales promovidas por el gobierno de Michele Bachelet quien, cuando a principios de mes se aprobó en el Congreso el proyecto de Ley, señaló en su cuenta de Twitter: "Hoy las mujeres hemos recuperado un derecho básico que nunca debimos perder: decidir cuando vivimos momentos de dolor #YoApoyo3Causales". A pesar del apoyo ciudadano y el impulso del gobierno, los partidos conservadores lucharon por detener la aprobación de esta Ley y la llevaron al Tribunal Constitucional que, finalmente, ha desestimado la reclamación.
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Y es que este es un triunfo por el que las mujeres chilenas llevan peleando desde hace casi treinta años, cuando en 1989, todavía bajo la dictadura de Augusto Pinochet, se dictaminó la penalización de cualquier acción que tuviese como fin el aborto.
Por ello, esta iniciativa no solo es un paso más en la libre decisión de las mujeres sobre sus cuerpos, sino que además pretende proteger al alto porcentaje de menores que son violadas en su contexto familiar y, hasta ahora, se veían obligadas a llevar a fin el embarazo o bien someterse a los arriesgados abortos clandestinos con peligro para su propia vida. ¡Bravo por este avance!
Otra lacra para las mujeres: la trata
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