Quizás tú también hayas vivido una situación parecida a esta. Hace unos días, un amigo gay que utiliza algunas de las versiones homosexuales de las aplicaciones para ligar, me contaba que a él no le gustaba que se notase que sus ligues eran gais. "A mí es que me da mucha vergüenza que me vean con un tío que tiene mucha pluma. Me gusta que sean muy machos", señaló rotundo.
Y es que lo peor que tiene la plumofobia es que muchas veces nace dentro del propio colectivo homosexual y, por supuesto, es una parte indispensable de todo homófobo que se precie. Para luchar contra esta forma de juzgar al colectivo LGTB por mostrarse tal y como quiere, ha nacido la campaña #StopPlumofobia. Con las uñas rosas como bandera y unos cuantos rostros conocidos, pretende reivindicar ese derecho a expresar la orientación sexual como cada cual considere. Estas son algunas de sus potentes imágenes:
Unax Ugalde, Miren Ubarguren o Britney Calva son algunos de los rostros conocidos que han querido poner nombres propios a esta campaña. La iniciativa ha surgido dentro del bufete creativo López Rekarte y ha contado con la colaboración de la Asociación Apoyo Positivo, Estudio Atlas y Afioco y ha tenido una gran repercusión en redes. En el contexto del World Pride que ya se está celebrando en Madrid y que acogerá en la capital a más de dos millones de turistas movidos por esta fiesta gay friendly, visibilizar la plumofobia y combatirla resulta imprescindible para crear un clima de tolerancia.
Y es que igual que la homofobia consiste en juzgar a los demás por la persona a la que amen, ¿por qué debemos juzgar a un gay por sus gestos o a una lesbiana por no cumplir con los estándares de género que esperamos de una mujer? Cada quien es muy libre de expresar su amor y su orientación sexual y, por eso, solo podemos decir ¡bravo! por sacar adelante este proyecto.
Y bravo también por esta preciosa pedida gay que se ha hecho viral:
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Y además:
Madrid instalará semáforos gay friendly para ser capital mundial del Orgullo
En todos estos países ser homosexual aún es un delito