También conocida como la black card, es la llave que abre todas las puertas, cuando sus dueños levantan el teléfono consiguen cualquier cosa que quieran, siempre y cuando sea legal. Con ella en la cartera todo es posible, desde comprar un avión privado, hasta conseguir reserva en un restaurante de estrella Michelin sin antelación o conseguir jugar al golf con Tiger Woods antes del Open Usa en Saint Andrews. La llave de los caprichos más insólitos.
Las leyendas urbanas dicen muchas cosas sobre esta tarjeta y es que realmente son muy pocos los que saben cómo funciona, privilegiados y por supuesto millonarios de la talla de Bill Gates, Amancio Ortega o Brad Pitt. Aunque nosotros no somos uno de ellos, te contamos todo lo que sabemos acerca de la Centurion (se pronuncia con acento en la u).
Todo comenzó por un rumor, se decía que los clientes con grandes cargos en sus tarjetas eran premiados con una tarjeta negra con información y servicios especiales, y aunque no era más que un bulo en 1999 American Express decidió sacar provecho del cotilleo y lanzar la tarjeta Centurion para determinados titulares de la Paltinum. No es una tarjeta al uso, se trata de una tarjeta para los que manejan los hilos del cotarro, porque entre la élite también hay clases.
Una tarjeta de metal, aquí el plástico sobra, a la que solo se accede por invitación de la compañía que la expide y para la que se debe reunir una serie de requisitos como un gasto mínimo anual, en Estados Unidos ronda los 200.000 euros, y tener un perfil determinado. Porque amigos curiosos, no vale con ser millonario, te tiene que gustar la buena vida, tener gustos refinados y la afición por las tendencias gastronómicas, arte y moda de vanguardia. Básicamente codearse con la crème de la crème.
El afortunado recibe en su casa un kit de cuero de la mejor calidad, una carta de bienvenida del presidente y un tarjetero. Dependiendo del país el kit incluye unas u otras cosas. Una vez que eres del club, recibes anualmente la Centurion Magazine, una revista con ideas y planes que son de su interés. Por supuesto la presentación es impecable.
Todos los que poseen una tarjeta Centurion cuentan con un servicio de atención al cliente súper exclusivo que se adelanta a todos tus caprichos. Un agente que termina estableciendo un vínculo muy estrecho con el cliente, sabe que vino les gusta, cuáles son sus hobbies, qué le gusta a sus hijos, dónde le gustaría viajar próximamente o incluso sus aspiraciones más íntimas. Todo está pensado al milímetro para ofrecer un servicio de asistencia y asesoría excelente.
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