¿Libertad de expresión o despotismo ilustrado? Son las figuras estrellas de Mediaset, se pasan media vida delante de las cámaras de Telecinco y sus inmensas fortunas han hecho que se crean los dueños y señores del cortijo de Paolo Vasile y, cuando pensábamos que ya no podían sorprendernos más, Jorge Javier Vázquez y Jordi González se marcan un nuevo desplante que ni el de Macarena García con Paquita Salas (sí, hombre, la serie esta de los Javis la mar de graciosa).
El barco se hunde y Jordi González maneja el timón
Atrás quedaron sus interesantes entrevistas en La Noria, sus entretenidas charlas en Díselo a Jordi y su excelente profesionalidad en el concurso La casa de tu vida. Parece que al catalán se le ha atragantado su regreso a la cadena más salsera de la televisión y se ha consagrado, gracias a Supervivientes, como el peor presentador de los últimos años. Se le ha ido de las manos, se le ha agotado la paciencia, el pobre hombre ya no puede más y repite gala tras gala y debate tras debate, errores garrafales a los que solo nos tenía acostumbradas el gran Jorgeja.
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Malas formas, faltas de respeto a los concursantes y una prepotencia solo digna de la mismísima Isabel Pantoja. El presentador ya no disimula y saca cada semana su humor más dañino y su soberbia más perniciosa. En el último capítulo de Jordi y sus salidas de tono, pudimos ver como el de Barcelona atacaba sin piedad a un Colate derrotado y a punto de someterse a una intervención quirúrgica. Todo comenzó cuando Jordi daba la palabra al ex de Paulina, que no dudó ni un segundo en arremeter contra el claro favoritismo de la organización a Isabel Pantoja y las pésimas condiciones en las que han vivido el resto de sus compañeros.
‘’Manipular a todo el mundo, mentir, engañar, extorsiona… Ha hecho mogollón de cosas’’, comentaba un enfadadísimo Colate en pleno directo y hasta ahí todo correcto, pues Jordi no puso ninguna objeción y le dejó argumentar su experiencia en la isla sin ningún problema hasta que llegaron las declaraciones más duras contra el programa. ‘’Isabel nos ha dicho que tenía un arreglo para irse a la cuarta semana, nos ha repetido una y mil veces que se quiere ir. Y nos ha dicho que ni quiere ni merece estar ahí. Lo que está pasando hoy es todo estrategia, es todo un circo’’. ¡Y se quedaba tan ancho el hermano de la jueza de Master Chef! Fue en ese momento cuando Jordi explotó, su vena del cuello se transformó en la de María Patiño y cargó contra Colate defendiendo con uñas y dientes a la tonadillera cual soldado en pleno frente de batalla, como si fuera su madre y hubiesen dañado su orgullo, cómo si del justiciero de Telecinco se tratara. Y lo que dijo dejó boquiabierta a la audiencia.
‘’Todo eso que se ha dicho estas semanas sobre un contrato y que tenía pactada la vuelta de Isabel Pantoja… Todo eso es ¡mentira! Si hubiera un contrato hubiera cumplido porque los contratos se hacen para cumplirse. Y si se hubiera pactado que a la cuarta semana vuelve, hubiera vuelto. Pero esto no es verdad. Así que mejor nos metemos la lengua en el culo. Es tan fácil intoxicar y mentir… He leído unas estupideces durante estos meses… Por favor’’, sentenciaba González, más altivo que Kiko Rivera en la final del último GH Vip. Pero, como bien le ocurrió a Paquirrín, Jordi también patinó de lo lindo y con su alegato a favor de la Panto como fiel palmero suyo, los seguidores del programa aprovecharon para dejarle a la altura del betún. Si es que así no se puede Jordi, ¡no se puede! ¿Qué es eso de invitar a la santa audiencia a meterse la lengua en el culo por opinar sobre vuestros secretos a voces? ¿Qué es eso de menospreciar a los fans del concurso que os da de comer llamándoles estúpidos solo por defender lo indefendible?
Pero es que, ojito, porque ahí no quedaba la cosa y Jordi debió pensar que ya de perdidos al río y volvió a cargar su escopeta para cebarse de mala manera con los millones de espectadores que se tragaban su charla desde el sofá de su cálido hogar, eso sí, muy a su pesar. ‘’Siempre digo lo mismo. Si todo esto que tantas personas publican, de que mentimos, que hacemos trampa, ¿por qué no van a un juzgado a denunciarlo? No van porque no pueden. Si yo tuviera tiempo y ganas, iría yo para denunciarles por mentir, pero entiendo que a estas alturas el espectador es suficientemente inteligente para entender que en esta cadena podemos hacer cosas bien y mal, pero los realities son sagrados.’’ ¡Sagrados dice, sagrados! Permitidme que me parta de risa ante semejante y bochornoso espectáculo. ¿Cómo pueden decir que los realities para ellos son sagrados? ¡Si han estirado tanto el chicle que han terminado por romperlo! ¡Si no hay quien se trague ya los argumentos con los que intentan hacernos la trece catorce semana tras semana!
Tóxicos, mentirosos, ‘’poco inteligentes’’ y hasta que él mismo quería denunciar a todos aquellos que se han quejado de las trampas y triquiñuelas más que evidentes en esta edición. ¡Pero cómo osas, Jordi, cómo osas! No solo llama tonta a la audiencia que ya nos remata acusándonos de mentirosos y tóxicos. Solo podemos decir tres palabras: ¡vaya tela marinera!
Del ‘’nos metemos la lengua en el culo’’ de Jordi al plantón de Jorge Javier
Por si los momentazos de Jordi González nos parecían poca cosa, Jorge Javier Vázquez remató en la última semana con un acontecimiento nunca visto en el plató de Sálvame Deluxe. El rey de Telecinco dejó plantada en mitad de su entrevista a la ex concursante de Supervivientes, Violeta Mangriñán. La cara de la muchacha se convirtió en un cuadro de Velázquez al ver como el presentador la dejaba con la palabra en la boca utilizando la excusa de sus vacaciones. ‘’Violeta, perdona, no es que te quiera hacer un feo, pero es que tengo un vuelo mañana tempranísimo, te lo digo de verdad’’. Y ahí la dejó, sentadita en su sillón esperando a que María Patiño retomara la entrevista. El público se echó las manos a la cabeza y Jorge, ni corto ni perezoso, abandonó el plató a toda prisa sin mostrar un ápice de compasión con la invitada. ¿Se pueden hacer las cosas peor? Sinceramente y aunque sabemos de buena tinta que Violeta no es precisamente santo de devoción de la mayoría de seguidores del programa más longevo del salseo televisivo, la valenciana no merecía ese desprecio. ¿O sí? ¡Que comiencen a volar las opiniones!
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