Los griegos fueron los primeros en jugar con las percepciones y las correcciones ópticas para engañar a nuestros sentidos, pero el ser humano sigue buscando nuevas formas de incluir y mimetizar edificios en el entorno que les rodea. Edificios con formas que hace unos años nos parecían impensables, ahora son una realidad gracias a los avances tecnológicos en la arquitectura.
Diseñadores como Piet Hein Eek, incluyen sus construcciones en el medio que les rodea ayudándose de los materiales típicos que se encuentra alrededor, como por ejemplo troncos de madera. De esta forma algo más natural, el edificio no altera en absoluto ni estética ni físicamente su entorno. Otros diseñadores aprovechan las estructuras ya presentes en la naturaleza como cuevas o árboles e instalan allí sus edificios.
Sin embargo, las construcciones que resultan más sorprendentes son si duda los que utilizan materiales reflectantes como el cristal o los espejos. Da igual qué esté hecha la estructura, ya que al ser cubierta con este tipo de materiales, todo los que se encuentre a su alrededor, rebota su imagen hace que desaparezca a simple vista. Esta ilusión óptica hace que el edificio quede incluido en el entorno a la perfección.
Otra forma de crear estos edificios que juegan al escondite, es tan sencilla como empapelar las paredes exteriores de la construcción con imágenes de su entorno. El efecto le da al edificio un toque más natural en el caso de que se encuentre en el campo, pero resulta muy artifical en nucleos urbanos.
Si quieres respetar la estética del entorno de tu casa, échale un vistazo a este tipo de edificaciones, y probablemente cogerás alguna que otra idea. Inspírate para decorar tu casa y ampliar visualmente más de un espacio, ya sabes que un espejo puede duplicar el tamaño de una habitación.
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