Un estudio de 2013 mostró que, de 2818 pacientes bajo cuidado quiropráctico, el 76% notó una mejora en su salud mental y emocional mostrando un aumento del disfrute de la vida y menos estrés. Dentro de nuestro cuerpo, la médula espinal y las vértebras son una combinación que necesita estar alineada, en armonía e hidratada correctamente. Si alguna de esas tres cosas falla, no solo se ve afectada la movilidad, sino también “el riego” que nos llega a la cabeza, comprometiendo las decisiones que tomamos porque nos falta la mitad de la información.
El equilibrio emocional y la quiropráctica
Las personas descubren ese “algo más” que aporta la quiropráctica en cuanto empiezan a ir al quiropráctico. Es cierto que sus síntomas mejoran, pero además empiezan a notar que se concentran mejor, que sienten más las cosas, que afrontan el día a día con más serenidad, que piensan mejor, que se cansan mucho menos.
Y es que cuando ajustamos las vértebras, algo inesperado sucede en las personas: empiezan a funcionar al cien por cien de su máximo potencial porque hemos restablecido el flujo de información cerebro-cuerpo-mente, ayudando a las personas a expresar mejor quiénes son en realidad.
Si podemos expresar mejor quiénes somos, viviremos más conectados con nosotros mismos y podremos conectar mejor con nuestro entorno y nuestras emociones, adaptándonos a los cambios y a las circunstancias sin estrés. Es decir, podemos tener una vida más plena en todos los sentidos.
Tu cerebro y tu columna vertebral son vitales para tu salud física y emocional
Nuestra salud física y emocional depende del correcto funcionamiento entre las órdenes que da nuestro cerebro y la capacidad de respuesta que tenga nuestro sistema nervioso en relación a la demanda de nuestros órganos y sistemas. Si pensamos en la médula espinal como una manguera y las vértebras las comparamos a un pie, cualquier vértebra que tengamos mal colocada va a actuar como si fuese un pie encima de la manguera, impidiendo que nos llegue la información correcta al cerebro.
Con el tiempo, esta falta de información derivará, en muchos casos, en ansiedad porque no puedes llegar a todo, malestar general y enfermedades orgánicas o metabólicas. Es por ello que, ante cualquier problema de salud, primero hay que asegurarse de que los cables de nuestro sistema nervioso están bien conectados. Porque si nuestro cuerpo funciona a 220 voltios y nuestros cables sólo dan 110 voltios, es normal que nos pongamos enfermos ¿verdad?
Como vivir más conectados entre nuestro cuerpo y nuestra mente
- Visita a un Licenciado en Quiropráctica con regularidad. Si tu cerebro recibe todo el riego posible, podrás vivir conectada a tu entorno y adaptándote a las circunstancias de la vida con más serenidad emocional y capacidad de resistencia al estrés. Tu organismo no se ralentizará con la edad y podrás añadir más vida a tus años. Porque cumplir años no tiene nada que ver con enfermar más.
- Cuida tu salud naturalmente. Cuida tu salud de un modo natural, come pensando en que somos lo que comemos. No podemos pretender comer cualquier cosa y esperar encontrarnos bien. Tenemos que ser conscientes de lo que damos a nuestro organismo para que este responda con más salud. Una alimentación saludable y variada es clave.
- Bebe 2 litros de agua al día. Nuestro cuerpo está formado por un 80% de agua. Si no le ofrecemos suficiente hidratación, empezará a estropearse: artritis, artrosis, aumento de la presión arterial, hemorroides, problemas digestivos, dolor de cabeza, son sólo algunos síntomas de cómo nuestro cuerpo responde a la falta de hidratación. Bebe dos litros de agua pura diariamente y toma además todas las infusiones o zumos que te apetezcan.
Articulo elaborado en colaboración con Roser de Tienda, doctora quiropráctica con especialidad en salud de la mujer y los niños.
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