Ya sea por motivos de trabajo o simplemente porque estás en un ambiente que no es el tuyo, probablemente te hayas sentido alguna vez fuera de lugar. En alguna reunión, en una celebración con amigos de tu pareja, en un evento al que debes asistir por compromiso... Hay situaciones en las que no nos queda más remedio que entablar conversación con personas que no conocemos, hacer contactos, dar una buena impresión... Pero no siempre sabemos cómo hacerlo.
Existen algunos trucos que pueden mejorar nuestra forma de comunicarnos en sociedad. De hecho, se trata de un tema sobre el que muchos expertos han ofreciendo diferentes consejos. Hemos querido recordar algunos basados en el libro How to talk to anyone (Cómo hablar con cualquiera), de Leil Lowndes, experta referente en comunicación social. Toma nota de todos ellos, pues podrían sacarte de cualquier apuro.
1. Comenzar una conversación
En este caso la idea es saber qué decir después del habitual "encantada de conocerte" para evitar ese silencio incómodo que precede. Puedes preguntar a la otra persona de dónde es, en qué trabaja, de qué conoce al anfitrión de la fiesta en caso de ser una... No te preocupes por hablar banalidades, hazlo más bien por tu tono de voz. Este debería ser agradable, intentando captar el tono de tu interlocutor para reproducirlo después. De esta manera se sentirá cómodo.
2. Meterse en una conversación
En lugar de estar sola cerca de la comida, a solas con tu copa o mirando el móvil, intenta infiltrarte en ese grupito que parece estar divirtiéndose. Eso sí, ten en cuenta que no conoces a esas personas, por lo que no debes meterte a la fuerza en el círculo para presentarte. ¿Qué puedes hacer? Primero, vencer la timidez. Acércarte discretamente al grupo hasta que pilles algún fragmento de la conversación. A la menor oportunidad, métete en la conversación con algún: "perdona, no he podido evitar que estáis hablando de...".
Si sientes que la conversación se atasca y no estás en un momento de inspiración, utiliza el truco del loro: repetir las últimas palabras pronunciadas por tu interlocutor, de forma que lleves la pelota a su tejado para que sea el otro el que siga la conversación. Por ejemplo:
- Ayer por la noche fuimos a cenar fuera.
- ¿A un restaurante?
- A un restaurante italiano donde sirven unos entrantes deliciosos.
- ¿Deliciosos?
- Sí, hacen una lasaña increíble...
3. Hacer las presentaciones
A día de hoy todavía seguimos utilizando en las presentaciones (tú también, admítelo) el clásico: "Juan, esta es Nuria. Nuria, Juan". Un consejo: deja de hacerlo. En su lugar opta por:
"Juan, esta es Nuria, es abogada. Nuria, este es Juan, mi mejor amigo del colegio que está de visita estos días por la cuidad...".
De esta manera demuestras interés y haces más fácil que las personas a las que has presentado puedan comenzar una conversación sin que les resulte incómodo.
4. Hablar del trabajo
El trabajo es unos de los temas que suele salir en el 99% de las situaciones que hemos descrito. Lo mejor es estar al tanto y preparada para contestar de la mejor forma, así podrás aprovechar las oportunidades profesionales que pudieran darse con la conversación. No hables solo de lo que eres ("periodista"), cuenta también a qué te dedicas ("escribo crónicas de actualidad en un periódico local").
5. Demuestra que tienes algo en común con los demás
No solo hablamos de hobbies o intereses, que sería lo ideal, sino de la manera en que te expresas o te mueves. Estate atenta al vocabulario de tu interlocutor, a sus palabras y expresiones e intenta reproducirlas en tu discurso. Así le demostrarás que perteneces al mismo círculo que ella y automáticamente se sentirá más cerca.
6. Cuidado con los cumplidos
A veces queremos ganarnos el aprecio de una persona y caemos en dorarle la píldora en exceso. Si no conoces a tu interlocutor (en una reunión de trabajo, por ejemplo), no le sueltes un cumplido directamente, ya que no a todo el mundo le resulta fácil aceptar los halagos. Puedes comentar lo bien que te parece su trabajo, mostrar interés por lo que te cuenta... pero procura no invadir su intimidad soltándole un piropo más personal.
7. Cómo anunciar una mala noticia
Cuando vayas a ofrecer tu opinión sabiendo que a la otra persona no le va a gustar o bien cuando tengas que comunicar una noticia desagradable, intenta ante todo tener empatía. Ponte en el lugar de tu interlocutor y demuestra sensibilidad. Introducciones como: "cuánto lo siento..." o "respeto tu opinión, pero..".
8. Conseguir tu objetivo
Hablamos de un favor, un servicio o una respuesta positiva de parte de tu interlocutor. Pongamos un ejemplo: quieres que tu jefe/a te de la tarde del viernes libre. Un error que deberíamos evitar es preguntarle directamente: "¿Podría cogerme la tarde del viernes libre?". Esto podría sentarle mal, le estás haciendo pensar si te necesita o no... Y con ello no le estás llevando por buen terreno. En este caso puedes optar por dos alternativas dependiendo del nivel de confianza que tengas con él:
"Jefe, ¿podrías prescindir de mí el próximo viernes?",
Así captarás su atención, jugarás con su orgullo y le evitarás que piense en lo que le podría afectar lo que le estás pidiendo. Si apenas tienes confianza con él, explícale antes por qué necesitarías cogerte libre el próximo viernes, siempre desde el respeto y sin dar por hecho que vas a librar el día que pides.
9. Saber dar las gracias
Agradecer una cena, una invitación, un favor... Decir simplemente "gracias" sin añadir nada más puede quedar muy seco. Utilizamos tanto esa palabra a lo largo del día que ya nadie le presta atención. Así que podría perder significado si no se expresa en su sentido más amplio. Para evitar un "gracias" automático, sé más precisa en cuanto a la razón de tu gratitud. Además también te puede servir como un cliché de despedida:
"Gracias por la invitación, lo hemos pasado fenomenal, espero vernos muy pronto. ¡Hasta la próxima!"
10. Causar buena impresión por teléfono
El primer contacto telefónico permite al interlocutor hacerse una imagen de la persona con la que está hablando. No te comuniques como si tuvieses a esa persona en frente porque él o ella no no percibe todo aquello que no puede ver: gestos, sonrisas, lenguaje corporal... ¿Qué deberíamos hacer? Traducir nuestros gestos en palabras. Para expresar una sonrisa di por ejemplo "qué divertido". ¿Qué te sorprendes? Pues dilo claramente. Para compensar la ausencia de contacto visual, utiliza "ya..." o menciona el nombre de tu interlocutor, un buen truco para captar su atención.
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