Ahora que ya sabemos preparar los mejores cócteles para nuestras fiestas y también hemos aprendido a preparar los smoothies más saludables para nuestras meriendas, es el momento de saber cómo elaborar los mejores tés fríos. Antes de comenzar con nuestras recetas, lo mejor es que tengamos en cuenta algunas de las indicaciones básicas para preparar esta bebida fría. En primer lugar, debemos tener en cuenta que, por tomarse frías, pierden buena parte del sabor que tienen cuando las consumimos en caliente. Por este motivo, te aconsejamos que a la hora de prepararlo, añadas el doble de cantidad en el filtro de la tetera o en el infusor. Así, conseguiremos que, a pesar de estar a baja temperatura, conserve todo su sabor.
Es importante que utilices agua mineral a la hora de elaborar tus infusiones, ya que el agua demasiado dura podría afectar a su sabor. Además, en contra de lo que solemos pensar, no debemos dejar que el agua para prepararlo hierva. Como ocurre con todo, los gustos también son importantes aquí. Por ello, te vamos a dar algunas sugerencias para beberte té negro, té rojo, té verde y té blanco bien fresquitos. ¡Toma nota!
Té negro, para las más intensas
¿Eres fan del té negro combinado con leche y canela? ¡Nosotras no podemos resistirnos a su sabor! Es uno de los tipos con más cuerpo y un efecto ligeramente estimulante y, por ello, es perfecto para la hora del desayuno y también para media tarde. Necesita unos 4 o 5 minutos de infusión y que la temperatura del agua esté rozando la ebullición, alrededor de 95º. Pero, más allá del riquísimo té paquistaní, ¿sabes cómo puedes consumirlo frío?
Te recomendamos, el té negro helado al limón. Prepararlo es muy sencillo: tan solo tenemos que añadir el zumo de uno o dos limones a la preparación de té y también agregar algunas rodajas si te gusta su acidez. Después, incorpora una buena cantidad de hielo picado, como si se tratase de un granizado y el edulcorante que prefieras.
Otra de las opciones que nos encanta es el té negro frío con zumo de manzanas. ¡Una combinación realmente deliciosa! Para elaborarlo, tan solo tenemos que preparar el té negro como lo hacemos habitualmente y después agregaremos zumo de manzana, aproximadamente la mitad de cantidad de zumo que de té. El toque final lo pondremos con unas gotitas de zumo de limón y azúcar moreno u otro edulcorante. Lo mantendremos en el frigorífico durante unas cuatro o cinco horas.
¿Sabías que el té negro frío es perfecto para combinar con frutas del bosque? Te proponemos que pruebes a incluir en tu té negro algunos trozos de fresa, frambuesa o arándanos. ¡Es perfecto para tomar después de una deliciosa ensalada! Mete el té en el frigorífico durante la noche y, a la mañana siguiente, retira los trocitos de fruta y añade edulcorante. ¡Buenísimo!
Té rojo, antioxidante y depurativo
Es el más adecuado si ya estás intentando depurarte antes de la Navidad. ¿Por qué? Tiene propiedades antioxidantes y depurativas que nos pueden ayudar a deshacernos de todo lo que no necesitamos. Es perfecto para dar por finalizada una copiosa comida y para los aperitivos del mediodía y la tarde. Necesita de un tiempo de infusión de 3 minutos a 95º. ¡Allá vamos con las mejores recetas frías de té rojo!
Empezaremos con el té rojo frío con frambuesa. Suena bien, ¿verdad? Esta receta es similar a un batido pero elaborada con té. Una vez que tengamos el té, lo dejaremos reposar durante unos 3 o 4 minutos. En un bol aparte, batimos media tacita de fresas y frambuesas, el zumo de un limón, azúcar, ralladura de jengibre y añadimos el té. Después, lo dejamos enfriar en el refrigerador durante unas dos horas y lo servimos con cubitos de hielo.
Un refrescante té rojo al limón puede ser otra opción. La acidez del limón te dará una mayor sensación de frío... ¡Está delicioso! Tan solo tenemos que preparar nuestro té rojo y añadir el zumo de un limón y azúcar moreno. Lo prepararemos como si se tratase de un granizado. Perfecto para los que buscan alternativas a los refrescos.
Té verde, el rey indiscutible
El té verde frío se convierte en uno de los reyes de las terrazas para aquellos que reniegan de los refrescos y evitan el alcohol. Se trata de un té con propiedades diuréticas y antioxidantes. Eso sí, debes tener cuidado porque tan solo necesita unos 2 o 3 minutos de infusión con agua a unos 75º y, si te despistas, su sabor se puede amargar demasiado. Es ideal para la sobremesa después de comer y la tarde. ¿Quieres saber cómo prepararlo bien frío?
Por su sabor suave, es ideal para tomar solo con hielo y ni siquiera necesita edulcorante. Nosotras te proponemos que agregues unas hojas de hierbabuena que le den ese toque especial y lo metas en la nevera durante unas 2 o 3 horas. Después, utilizaremos un colador y lo servimos con hielo y una rajita de limón.
Otra opción es que siguiendo los consejos de la sabia cultura oriental quieras probar un té helado zen. Necesitaremos té verde, el zumo de dos limones, unas hojas de menta y azúcar moreno al gusto. Lo guardaremos en el frigorífico durante un par de horas y lo serviremos con hielo picado. ¡Toda una experiencia!
El té verde combina a la perfección con la piña, por eso te proponemos que pruebes a mezclarlos. Prepara tu cantidad de té verde habitual y agrega aproximadamente una tercera parte de zumo de piña. Si prefieres que sea más dulce, puedes agregarle edulcorante. Después, lo guardamos en el frigorífico durante toda la noche y será perfecto para llevarnos al trabajo al día siguiente.
Té blanco, el más delicado
Con un aroma muy característico y un sabor suave, es uno de los tés preferidos por la mayoría. Además, se diferencia del resto por la gran cantidad de antioxidantes que contiene y sus bajos niveles de cafeína y teína que lo hacen adecuado para cualquier hora del día. Necesita entre 2 y 5 minutos de infusión con el agua a tan solo 60º. ¿Probamos su sabor en recetas frías?
La primera de nuestras sugerencias es el té blanco frío con melocotón y miel. En primer lugar, preparamos el té blanco y dejamos que repose hasta que alcance la temperatura ambiente. Cuando se haya enfriado, agregamos unos cuantos trocitos de melocotón y una cucharadita de miel. Después, incorporamos el hielo picado antes de meter en la nevera y dejamos ahí durante un par de horas. A la hora de servir, podemos incluir unas hojas de hierbabuena. ¡Delicioso!
Otra opción es el té blanco frío con piña y un toque de menta. ¿Cómo lo preparamos? En primer lugar, hacemos una infusión con el té y agregamos unas hojas de menta. En una jarra aparte, mezclamos el hielo con el azúcar y removemos hasta que se hayan disuelto los hielos. Después, vertemos el té a temperatura ambiente en la jarra y hacemos que se mezcle bien. Por último, añadimos unos trocitos de piña al gusto y metemos dentro de la nevera durante toda la noche. ¡Te encantará!
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