Su sabor dulce, su textura tan característica y la gran cantidad de agua que contiene, convierten a la piña en una de las frutas que más nos gusta. No solo es perfecta para un aperitivo ligero de media mañana, sino que además nos encanta añadirla a nuestras ensaladas, por ejemplo. ¿Has probado alguna vez a comerla así? También es una fruta perfecta para batidos y postres como estos:
© iStock
¿Conoces las diferentes variedades?
Por un lado, encontramos la Smoth Cayenne que es, probablemente, la variedad más conocida de todas: tiene un tamaño grande, su carne es amarillenta y fibrosa y se consume durante todo el año.
Por otro lado, tenemos la variedad Botella, procedente de Centroamérica. La llegada de esta fruta a nuestro país tenemos que agradecérsela a Cristóbal Colón en uno de sus viajes a las Américas. Tiene forma alargada, apenas tiene hojas y su sabor es mucho más dulce que el de la variedad anterior.
La variedad Pernambuco también es típica de América Central y Sudamérica. Esta clase tiene una carne blanquecida muy dulce aunque con cierto punto ácido.
Por último, la piña Queen es de carne dorada, jugosa y anaranjada a la vez. Dentro de esta clase, existe la victoria, una de sus variedades que se importa desde las islas de Mauricio y Reunión. Es más pequeña que el resto de piñas pero en este caso, el tamaño no importa porque está realmente sabrosa.
¿Cómo elegir una buena piña?
Con las piñas siempre nos pasa lo mismo: tenemos verdadero pánico a fallar en la elección. Tranquila, te vamos a enseñar unas cuantas pautas para que elijas la mejor de la frutería: cuando la cojas tienes que notar el peso y la firmeza de la carne. Las hojas deben ser duras y muy resistentes a los estirones. En cuanto al color, no importa demasiado siempre que sea verde, marrón o amarilla. Lo que sí importa es el olor, así que acércate con discreción y asegúrate de que huele bien. Querrá decir que está madura y lista para comer... ¡Deliciosa!
Y, ¿cómo la conservamos?
Un error bastante común es guardar la piña en la nevera. No es nada recomendable hacer esto, ya que a menos de 10 °C, sus sabores desaparecen. Es mejor dejarla a temperatura ambiente durante dos o tres días como máximo. Cuando la elijas, fíjate en que haya llegado en avión, es señal de frescor y de que podrás conservarla durante más tiempo.
¡Nos ponemos manos a la obra!
La hora del corte es decisiva para disfrutar de una buena ración de piña. Te damos algunas de las claves para que sepas cuál es la forma mejor si en función de la receta que quieras preparar con ella. Si quieres presentarla en rodajas o hacerla al horno, corta las hojas justo por el borde. A continuación, y con la ayuda de un cuchillo pequeño bien afilado, pélala como si se tratara de una manzana: entera. Y no dejes ningún “agujero negro”. Ahora sólo tienes que dividirla en trozos o introducirla en el horno.
Otra de las opciones es que cuando hayas eliminado las hojas, las cortes en rodajas. A continuación, elimina la parte central de cada trozo. Separa la carne de la cáscara, como si pelaras un melón. Si lo que quieres es aprender a hacer una buena presentación que sorprenda a tus invitados, hazlo con la ayuda de un cuchillo grande, parte la piña en dos a lo largo y sin deshacerte de las hojas. A continuación, divídela en cuatro trozos y separa la cáscara de la carne. Corta ésta última en pequeños dados y preséntalos dentro de la cáscara. Puedes comprar palillos bonitos para que cada uno de tus invitados vaya cogiendo una porción.
LETTER
Y también
Conviértete en una experta en caldos y fumets
8 trucos de cocina que te harán la vida más fácil
