Más que dar el toque final a una receta, la crema inglesa, crème anglaise o custard cream (todos estos son los nombres con los que suele denominarse) permite suavizar la acidez de un postre o resaltar el sabor de un dulce gracias a su sabor sutil a vainilla. Nosotras estamos acostumbradas a consumirla más bien fría y líquida. Sin embargo, en Inglaterra, su lugar de origen, se suele servir muy caliente y más espesa para contrastar con algún postre que se tome frío como un pie de manzana.
A continuación te dejamos algunos de los postres en los que suele utilizarse. ¡Seguro que se te hace la boca agua!
¿Cómo prepararla?
Para preparar esta crema necesitaremos leche, yemas de huevo, azúcar y vainilla pero, ¿cuáles son los secretos para conseguir una crema suave y perfumada? Tan solo tienes que mezclar bien todos los ingredientes y ponerlos en un cazo a fuego bajo, ya que la cocción de crema debe hacerse entre 69 y 85ºC. El proceso es muy similar al de una bechamel: no puedes dejar de remover hasta que adquiera la consistencia espesa que estamos buscando.
Pon especial cuidado en que no llegue a hervir porque en este caso, la crema espesará más de lo debido y perderá parte de sus sabor.
¿Cómo conservarla?
Para optimizar la conservación de la crema, hay que verterla en una pequeña ensaladera y sumergirla en un baño de agua helada, y continuar removiéndola hasta que se enfríe completamente. La crema será más untuosa si se coloca durante 24 horas en el frigorífico antes de utilizarla. Si se cubre herméticamente con film alimentario, puede conservarse hasta 3 días.
¿Quieres probar alguna variante?
Como sabes, la crema inglesa se utiliza para cubrir un pastel o decorar un plato. Pero es posible variar los colores y los sabores:
Crema inglesa a la menta, para acompañar una mousse a los 3 chocolates. En este caso, puedes añadir unas hojas de menta fresca durante la cocción y retirarlas después para que se impregne bien de sabor.
Crema inglesa al chocolate. En este caso tendrás que montar los huevos a punto de nieve antes de comenzar la cocción. Así, el resultado será más jugoso. Además, deberás agregar cacao en polvo y remover bien a la hora de la cocción para que no quede ningún grumo.
Además, ¿sabías que la crema inglesa también sirve de base para la realización de los helados? De hecho, el verdadero helado a la vainilla no es más que una crema inglesa en una turbina para glasear. Prueba a preparar uno de tus helados caseros con ella en lugar de utilizar una base de nata. Si lo que te gusta es que los helados tengan una textura más untuosa, lo que puedes hacer es añadir nata y crema antes de congelar. ¡Una maravilla! Aquí te dejamos nuestras recetas de helados caseros favoritas para que te pongas manos a la obra. ¡Te encantará!
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