El significado de este término japonés no es otro que "tienda de sake", es decir, el lugar en el que se vende y se toma esta bebida alcohólica de origen nipón elaborada a partir de una infusión preparada con arroz. En la mayoría de las izakayas encontramos zonas con mesas y asientos de modo occidental y otra parte totalmente tradicional, en la que podemos comer sentados sobre un tatami. Toda una experiencia oriental que ahora podemos disfrutar sin necesidad de viajar.
Los japoneses visitan estos lugares para comer y beber normalmente después del trabajo. Sería algo así como nuestro bar de toda la vida, ese local del barrio en el que nos tomamos una caña antes de terminar el día. En el caso de la cultura nipona, este tentempié antes de llegar a casa suele ser muy ligero: se sirven platos con una ración no muy abundante y pensada para compartir, algo así como nuestras tapas.
Las izakayas son uno de esos lugares que nos quitan de la cabeza la idea de que los japoneses son personas silenciosas, calladas y discretas. Estos locales se vuelven el centro neurálgico de la vida social en Japón una vez que la jornada laboral ha llegado a su fin.
Más allá de los negocios locales, estos centros de ocio se aglutinan en grandes cadenas de comida en las que cada vez es más frecuente encontrar ofertas del tipo 'come y bebe todo cuanto puedas'. Una costumbre exportada de otras tradiciones occidentales como el buffet libre.
Hace ya unos meses que este fenómeno cruzó las fronteras de su país de origen y comenzó a proliferar en lugares como Nueva York o Vancuver. De hecho, las izakayas se asientan en los lugares más cosmopolitas del mundo y atraen a clientes que buscan una experiencia exótica y pueden viajar sin moverse de su ciudad gracias a la comida y a su decoración tradicional, que incluye una característica lámpara roja en su entrada.
Si hace unos meses hablábamos de la llegada de la sopa ramen a nuestros restaurantes y del asentamiento del sushi como abanderado de la comida japonesa, ahora hemos visto cómo estos negocios se extienden por diferentes puntos de nuestra geografía. En Madrid y Barcelona, por ejemplo, ya podemos encontrar algunos de estos rincones para empaparnos de la cultura japonesa y deshacernos de los prejuicios sobre sus tradiciones. ¿Los descubres con nosotras?
LETTER
Y además
Brinner: ¿Desayuno a la hora de cenar?
Un nuevo libro de recetas o cómo hacer sushi dentro de un condón