>El té: el triunfo de la vitalidad
Poder hidratante: es evidente que el té, como el agua, es una bebida 0 % calórica y con grandes propiedades hidratantes. Dado que estar bien hidratados es necesario para que el cerebro y el cuerpo funcionen a pleno rendimiento consumiendo té conseguiremos una piel sana y un cuerpo lleno de vitalidad.
Virtudes dinamizantes: la teína que se encuentra en el té, igual que la cafeína del café, es estimulante. Por eso nos mantiene en plena forma. Al contrario que el café, excitante del que no debemos abusar, el té es muchísimo mejor, sobre todo porque facilita y aumenta la absorción de la vitamina C.
Virtudes placenteras: favorece la secreción de serotonina, la hormona del placer, y la dopamina, una substancia dinamizante. ¡A beber sea dicho!
>El té: el triunfo de la salud
Posible acción contra el cáncer: hay estudios que demuestran que los polifenoles del té protegen contra el cáncer. Además, las alquilaminas que también contiene son una substancia que está presente en algunas bacterias y células cancerígenas. Por lo tanto, el consumo regular de estas alquilaminas permite que nuestro cuerpo se habitúe a las bacterias y refuerce nuestro sistema inmunitario. Esta hipótesis de momento basada sólo en pruebas de laboratorio es un tema al que hay que seguirle la pista.
Antiinflamatorio y antioxidante: gracias a la presencia de los flavonoides del té, éste es antioxidante y antialérgico y facilita la respiración. Se trata de una bebida amiga de los pulmones con propiedades antiinflamatorias y que ayuda a prevenir los catarros.
Bueno para el corazón: también ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Beber tres tazas de té al día podría disminuir los accidentes cardíacos en un 11 %.
>El té: el triunfo de la serenidad
Ambiente zen: contiene teanina, un excelente reductor del estrés, siempre que se beban más de tres tazas al día.
Una taza de calor: es evidente, pero una taza de té calienta el cuerpo y el espíritu. Ponte cómoda para degustarlo y disfruta del momento. Una taza de té es como una buena mantita, sobre todo, en invierno.
Efectos relajantes: cuando hace calor, en lugar de beber limonada, que, por cierto, contiene demasiado azúcar, adopta el reflejo té. Desde hace siglos, los tuaregs lo beben en el desierto para relajarse. ¿Por qué? Porque la bebida caliente obliga al cuerpo a transpirar, la transpiración hace que el cuerpo regule su temperatura y que, por lo tanto, ésta disminuya. Así podremos soportar el calor tan tranquilamente.
>Elegir y tomar bien el té
¿Verde, rojo o negro? Una vez arrancadas de árbol, las hojas de té se someten a una cantidad importante de tratamientos. De ahí depende la variedad: el verde no sufre la fermentación, al contrario que el negro, que pasa por una fermentación larga. Además, el primero es mucho más rico en antioxidantes.
¿A granel o en bolsitas? No importa, lo que cuenta es la calidad del té. Hay marcas de gama alta que introducen en las bolsitas la misma cantidad exacta que en los botes a granel. Un precio un poco elevado es, en este caso, garantía de calidad. Ahora bien, olvidémonos de los excesivamente desorbitados.
¿Bio o no? ¡Siempre bio! Las hojas de té, por desgracia, se tratan con pesticidas. Eso sí, bio no quiere decir calidad y sabor garantizados.
¿Infusión larga o corta? Cuanto más dejemos infusionar el té más aprovecharemos los antioxidantes. Menos infusionado, más excitante es. Para optimizar sus beneficios hay que dejarlo durante 8 minutos: con 3-5 minutos sólo nos beneficiaremos del 25 % del catechin.
¿Agua mineral o del grifo? El agua es el 98 % de la taza, así que s importante tenerla en cuenta. Poco importa de dónde proceda siempre que no tenga gusto. Lo ideal es que no hierva, retirarla justo en el punto de ebullición.
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