El mundo de los chichés y de las imposiciones llega a nosotros desde que somos pequeños. Nadie nos da a elegir y es la sociedad, a través de los regalos que nos hacen nuestros seres queridos, la que nos amolda y diseña en base a las concepciones y tradiciones sociales, por "viejunas" o añejas que resulten.
Hoy en día, aunque por suerte poco a poco comienza a haber luz para la esperanza, la mayoría de los juguetes nos "bombardean" -a lo largo del año aunque principalmente en Navidad- con anuncios y campañas de marketing diseñados para encasillar y moldear a base de estereotipos, sin plantear qué necesita o qué es lo que realmente desea un niño/a.
Alertada por esta situación, la empresa irlandesa juguetera `Arklu´ ha lanzado una muñeca dirigida al público infantil con la que se respeta la inocencia de los niños y se rompe con cualquier tipo de clasismo o estereotipo patriarcal.
Su nueva "joya de la corona" se llama Lottie y cuenta con medidas proporcionadas, no utiliza zapatos de tacón ni pomposos vestidos de princesas. Viste y es, sencillamente, como lo haría una niña de 9 años y no tiene etnia.
Lottie no quiere ser perfecta y sus metas no son casarse, ser bella o vestir bien, sino que busca formarse, ser inteligente, trabajar en lo que le gusta, ser creativa y aventurera...
El proyecto ha logrado tanta repercusión desde su lanzamiento que la muñeca ha sido nominada como mujer juguete del año y la empresa tiene serios problemas para hacer frente a los pedidos que se acumulan desde todos los rincones del planeta.
No es para menos, no todos los días aparece un producto que les dice a nuestros hijos que sean lo que quieran ser o que les recuerde que serán capaces de alcanzar cualquier meta que se propongan si luchan realmente por ella.
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