Ninguna de nosotras dudaría en que la relación entre una madre y su hijo es siempre muy especial. Por así decirlo, por naturaleza, es un hecho. Por ello, puede ser difícil para un padre encontrar su lugar en la familia, especialmente en los primeros meses.
La mayoría de las veces, los niños de 3, 4 o 5 años de edad piden todo a su madre y se niegan a recibir ayuda paterna. Pero a medida que los pequeños de la casa se van haciendo mayores, toman consciencia y el padre se vuelve más importante. Todo esto dependerá del tiempo que el padre esté dispuesto a darle a sus hijos. Si aún así, la situación continúa siendo desigual, ¿cómo puedes reaccionar ante esto y canalizarlo para que cambie?
"Mamá, te quiero más que a papá"
Seguramente te habrá sorprendido bastante que alguno de tus hijos te haya susurrado: "mamá, te quiero más que papá". Puede que te haya pillado desprevenida pero es muy importante saber reaccionar rápidamente cuando nuestros hijos dicen esto.
Lo mejor en estos casos es decirle que no debería decir algo así porque papá también le quiere mucho y los dos son exactamente iguales en la unidad familiar. Es bueno aprovechar este momento para recordarle todos los buenos momentos que pasan juntos para tratar de convencerle de que el amor es igual en ambos casos.
Si los dos niños están acostumbrados a llamar primero a mamá porque siempre está ahí, aunque el padre esté con los niños por las mañanas para llevarles al colegio, hay que tratar de equilibrar la balanza recordándoles los momentos del fin de semana que el papá dedica a hacer estas mismas tareas para que tus hijos no lo perciban tan ausente.
El poder del hábito
Normalmente, si la rutina habitual es que la mamá pase el tiempo entresemana con los niños, te tendrán de referencia si necesitan ayuda en su tiempo libre, aunque su padre esté allí presente. Pero esto no es más que una costumbre, no hay malicia detrás de esto; sino "solo" hábito.
Su necesidad de atención y de afecto suele ser satisfecha por la madre si es la que más tiempo pasa con los hijos. Por ello, aunque el padre esté presente, la madre se convierte en el punto de contacto habitual para las preocupaciones, las lágrimas y para los momentos bonitos y las historias divertidas.
Para que esta referencia esté más equilibrada, es conveniente que el padre realice un esfuerzo extra al llegar a casa y le dedique todo su tiempo hasta la hora de dormir. Por ejemplo, puede bañarles él, hacerle la cena y leerles un cuento antes de ir a dormir.
¿Qué puedes hacer para que tus hijos compartan más tiempo con su padre?
Si aun así el padre se siente excluido o, incluso, la madre siente que tiene que hacer todo ella invirtiendo un esfuerzo extra; el primer paso hablar de ello abiertamente, honestamente y sin reproches. ¿Dónde creéis que está el origen del comportamiento del niño? ¿Está el niño quizás pasando por una fase de desarrollo?
Lo importante es no culpar solo a la otra persona. No es culpa del padre porque nunca está en casa, sino que siempre está trabajando; ni es culpa de la madre, porque ella se encarga de todo. Las causas probablemente se encuentran en un punto medio.
Una buena solución es desarrollar rutinas que ayuden a equilibrar el tiempo dedicado a los niños. Cuando papá, que estuvo fuera todo el día, llega a casa por la noche, debe tener tiempo suficiente para los niños. Eso es sinónimo de apagar el teléfono móvil, sentarse con los niños y escucharles. Los niños necesitan atención y la sensación de que están recibiendo el 100% de sus padres.
Rompiendo viejos patrones de rol
Para romper con los prejuicios, tenemos el deber de romper con los roles establecidos. Esto significa que el padre tiene que superar el hecho de que tiene que jugar al fútbol no sólo con su hijo, sino también con su hija. Incluso la madre también debe jugar al fútbol con sus hijos... ¿Desde cuándo los deportes tienen género?
El tiempo que se pasa con los niños, aunque sea sólo una hora por la mañana y una hora por la tarde, debe ser invertido para ello. Y debes confiar en tu pareja, confiar en que lo hará y en que tal vez lo hará de manera diferente, pero tan bien como tú. Así que cuando los hijos llamen a mamá de nuevo, por ejemplo a la hora de irse a dormir, tienes que retirarte de vez en cuando para que su padre lo haga si quiere hacerlo.
Porque como ya hemos mencionado anteriormente, los niños son personas de hábitos. Si el padre siempre lleva a sus hijos a la cama durante un tiempo, incluyendo la lectura de un cuento y un pequeño abrazo, entonces lo apreciarán. Tal vez no de inmediato, pero después de unos días sí. Y cuando el padre cuente mejores cuentos para dormir y pueda jugar sin límite de tiempo, los hijos os percibirán a ambos por igual.
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