Normalmente, los papás piensan que las madres son más influyentes con las niñas que ellos, pero nada más lejos de la realidad ya que normalmente las niñas son quienes tienen una relación mucho más cercana con los papás. Ellos, por tanto, cumplen un papel muy importante en la vida de sus hijas porque son aquellos que cumplen aquel rol que una mamá jamás podrá sustituir: aportar la perspectiva masculina al desarrollo de la pequeña.
El primer hombre de su vida
Durante la niñez y la adolescencia, los papás, tanto la madre como el padre, son modelos inspiradores para los hijos. Pero concretamente, los padres son la primera influencia masculina íntima en la vida de las niñas por lo que esta relación probablemente marcará la futura relación de éstas con los hombres, en su edad adulta. Gracias a su padre, que le habrá mostrado cómo es una relación de amor junto a su madre, la hija deseará vivir una propia llena de amor y deseo, a semejanza de lo vivido por sus padres, durante en su edad adulta. Un ejemplo de cotidianidad en su vida.
Por tanto, es indispensable que una niña vea que sus padres se quieren y se desean para que pueda a su vez ser amada y amante en un futuro. Además, los padres son claves a la hora de que las niñas desarrollen muchas de sus capacidades y carácter: la auto confianza, la autoestima así como el logro, la asertividad y el desarrollo del espíritu aventurero son algunas de los más importantes. Por lo que la opinión masculina es esencial, ya que ella se afirma respecto a él. Tiene que ser admirada, y sentir que su padre se siente orgulloso de ella y transmite una imagen positiva de su hija.
Una relación mágica
Tienes la posibilidad de brindarle al padre de tu hija, sobre todo si son primerizos, de darle algunas pautas para que la relación con vuestra pequeña sea sana y feliz y que esta repercuta de una forma positiva en su vida como adulta. Para ello, estos consejos basados en las recomendaciones de los expertos te serán de mucha ayuda.
>El papá tiene que demostrar el amor por la mamá para que la pequeña sea consciente de ese cariño para que pueda reproducirlo en un futuro y se sienta amada en su edad adulta reproduciendo una relación como la que vivió de pequeña en casa.
>Ella será consciente de que puede ser amada de la misma manera.
>El padre ayuda a la hija a desarrollar la feminidad y la personalidad. Hazle saber que es preciosa, inteligente, que se sienta valorada siempre.
>Dale toda tu atención y comparte todas aquellas cosas que son más importantes para ella y que le hacen feliz.
En definitiva, entre un padre y una hija se instala una relación hecha de amor, de ternura y de admiración. El padre debe animarla y mantenerla y hacer de guía hacia el mundo exterior. Por todo ello, los papás tienen un impacto decisivo en la vida de sus hijas, tanto desde el punto de vista profesional como en el plano personal y sentimental.
Cuando los padres están separados...
Una separación siempre es una situación desagradable para todos los miembros de la familia. Es primordial que los niños acepten la situación y la asuman de una forma natural, para lograrlo hay que hablar con ellos abiertamente de lo que están viviendo. Las madres no deben privar la posibilidad de que los padres vean a sus hijos. En el caso de la relación padre hija, ya has visto la importancia de la figura paterna por lo que te recomendamos las siguientes consejos según los expertos:
>Debemos ser sinceros con nuestras hijas y siempre decirle la verdad, en todo momento.
>Pasa el mayor tiempo posible con tu hijo. Disfruta de conversar con él, hacer actividades que os gusten juntos y compartir momentos.
>Mantén a los niños fuera de vuestras discusiones sobre todo, si se trata del día que toca visitar a los pequeños.
>No prives a tus hijos de hablar con su padre por teléfono. Es necesario que tengan una relación normal y sana.
Una relación que se complica durante la adolescencia
Durante la etapa de la adolescencia, normalmente, termina esta relación tan estrecha para establecerse una distancia, que por otro lado es normal, entre padre e hija; algo esencial para preparar sus futuros vínculos con los hombres.
La hija se vuelve más pudorosa y esta relación puede derivar a ser cada vez más tirante. El padre, sin embargo, tiene que continuar potenciando la feminidad y la belleza de su hija dándole la autorización de gustar, pero sobre todo, de aceptar que ella se sienta segura ante los ojos de otros hombres.
Durante la adolescencia se producen algunos cambios radicales, tales como la modificación de la silueta o la llegada de los primeros amores y éstos son vividos en algunos casos con incomprensión por parte del padre, que se pregunta por qué su pequeña se encierra en su habitación y rechaza todo su afecto. A la vez ella se aleja de él, pero puede comenzar un mayor acercamiento hacia su madre ya que entenderá que ahora es ella quien puede entender sus "problemas" y hablar de mujer a mujer.
Será una época dura pero los papás tienen que continuar cerca de sus hijas. Incluso aunque parezca haberse convertido en una extraña tienen que persistir en darles una mirada tranquilizadora porque, a pesar de las apariencias, durante este periodo el papel del padre también es primordial para que las niñas se desarrollen emocionalmente.
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