Los padres tienen que estar presentes en cada momento clave de la vida de sus hijos para que éstos sean conscientes de su crecimiento tanto a nivel físico como mental. Es importante no faltar a ningún evento importante, (sobre todo, que sea importante para él) como su cumpleaños, llevarle a la final del equipo de fútbol donde juega, acompañarle en la función de fin de curso... Si compartes tiempo junto a ellos desde su infancia, tendrás menos problemas de comunicación. Las charlas sobre sexo y otros conflictos que puedan surgir sobre la adolescencia los podrás solucionar mucho más rápido.
Claves para mejorar la relación entre padres e hijos
1. Diálogo: Para que la relación padre e hijo funcione el padre tiene transmitirle un aprendizaje muy extenso durante la crianza. Durante la adolescencia los jóvenes tienen una etapa mucho más compleja. Los padres suelen tener más conflictos con los jóvenes debido a la carga emocional que tienen durante esta época. Por eso, es importante que sientan confianza con sus familiares para hablar de todas las situaciones.
2. Confianza: Por otro lado, valorar a un hijo siempre tiene un fuerte impacto, especialmente en cómo repercutirá en su forma de amar y de tener placer, y determinará, en gran medida, el conjunto de las relaciones que mantendrá tanto con los hombres como con las mujeres en un futuro. En definitiva, la figura paternal tiene que llevar al niño a tomar conocimiento y conciencia del mundo que le rodea por lo que su ausencia puede provocar inevitablemente alguna carencia y un desequilibrio para el niño.
3. Etapas: intenta comprender que en la vida de los hijos hay muchas etapas. La etapa infantil, la adolescencia y la la adulta no son etapas iguales. Por eso, debes aprender a escuchar a tus hijos en cada una de ellas, y aunque algunas sean más difíciles debes ponerte en su lugar.
4. Sentimientos: los sentimientos sobre todo en la etapa de la adolescencia están a flor de piel. Es fácil que durante esta época estén un poco confundido. Si has creado un gran vínculo con ellos no te costará sentarte cualquier día y hablar de lo que sea. Seguro que incluso ellos se sentirán cómodos contigo incluso cuando son tan adolescentes.
Una relación entre padre e hijo
Hoy, los padres se implican más en la educación y se encargan de sus hijos de manera que ya no es una tarea exclusiva de las madres. Esto es fundamental para que las familias estén equilibradas y llenas de igualdad. Es importante que la implicación del padre sea desde que tengan ambos el bebé. Esto aunque no lo crearás lo notará tu hijo ya que sentirán la misma confianza en ambos. En resumen, ¡se ocupan de ellos como verdaderos papás canguro! Y es que los padres asumen cada vez más su paternidad, son más atentos, receptivos, interesados en su hijo y pasan mucho más tiempo con ellos.
Una relación en la infancia
Ya seas padre o madre debes dictar las reglas y los límites desde que son pequeños. Debemos hacer hincapié en esta etapa y en ser menos permisivos, puesto que luego en la adolescencia e incluso en la edad adulta ya será más difícil cambiarlos. Una relación familiar consolidada y llena de buena educación es lo que te permitirá así muchos menos problemas y conflictos. Los conflictos más comunes cuando son pequeños son por la tecnología. Los videojuegos, las redes sociales, y en general mucho tiempo delante de la pantalla pueden crear ansiedad por lo que es importante establecer unas normas y horarios en torno a estos dispositivos.
Gestionar los tiempos de ocio y estudio, para que se acostumbren a una rutina es uno de los conflictos más normales a los que tendrás que hacerle frente. Estable las normas junto con tu pareja en el hogar para que los niños vayan formándose y organizándose antes de que sea adolescente.
Aunque a veces te cueste establecer un diálogo entre padre e hijo, es importante para obtener una relación de complicidad y equilibrio en el hogar. A través de esto, podrás conseguir una relación especial y más cariñosa con ellos lo que aumentará la buena relación familiar entre todos los integrantes.
Una relación de amistad
Jugar con el pequeño y dedicarle tiempo es una forma de que el padre le demuestre su amor. Algunos hombres tienen dificultad para decir las cosas o pronunciar palabras cariñosas por eso, si eres de esos es mejor que intentes abrir tu mente y compartir actividades, juegos o momentos de complicidad para demostrarle a su hijo su amor.
Muchos hijos quieren llamar la atención en diferentes etapas de su vida. A veces esto puede ser bueno o malo. Al poder dedicarle más tiempo a tus hijos y tener un trato más cercano, será más fácil conectar con ellos y poder entender todas las emociones o conflictos que puedan tener. Los hijos necesitan ser escuchados y también información sobre la vida, que los padres pueden darles. Si tienes confianza con tus hijos no necesitarás ningún tipo de investigación para saber más sobre ellos, ya que tendrás la relación necesaria para que te lo cuenten todo.
Una relación de adultos
El sentimiento de rivalidad aparece hacia la edad de tres años: es el complejo de Edipo definido por Sigmund Freud. El niño tiene la equivocada impresión de que papá se quiere apropiar de mamá y esto le impide tenerla toda para él. Lo considera como a un verdadero rival y entra en competición con su padre para apartarlo y ganarse el corazón de su madre. El hijo quiere apropiarse de la potencia y las aptitudes de su padre, en otras palabas, pretende incluso rebasarle y esto puede hacer que se llegue a oponer a él en todos los ámbitos en los que el niños destaque.
Sea más cercana o más distante la relación padre e hijo, lo que es seguro es que con la paternidad también le cambia la vida a los papás. Os dejamos con algunas de las frases más bonitas de papás para bebés.
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