Comer placenta es más habitual de lo que crees. De hecho, la misma Kim Kardashian lo hizo después de dar a luz. Deshidrató su placenta, la transformó en pastillas y se las tomó. Ella afirmaba que se sentía más enérgica y que le ayudó a mantener a raya la depresión posparto. Y como la estrella del reality, muchas son las mujeres que han optado por consumir su placenta tras el parto.
Es el caso de Jay Woodall (33), una madre estadounidense que siempre quiso reutilizar su placenta, pero que no pudo hacerlo hasta el nacimiento de sus dos últimos hijos (tiene cuatro). Cuanto tuvo al fin la oportunidad, Jay transformó parte de su placenta cruda en un batido que tanto ella, como su marido y sus hijos se tomaron. Con el resto de la placenta hizo lo mismo que Kim: la transformó en píldoras, un proceso que le ha costado unos 150 euros.
"Algunas personas creen que es desagradable, una opción poco apetitosa", explica Jay Woodall al Daily Mail. "Hay otras que se muestran interesadas, me preguntan e incluso quieren hacerlo ellas también. A mi no me importa, al fin y al cabo es mi cuerpo. Estoy dispuesta a probar cosas que beneficien mi salud o la de mi familia".
Jay le quita hierro al asunto afirmando que, en realidad, comer placenta no es tan raro como parece. "Muchos animales lo hacen, especialmente los mamíferos. Nosotros somos los únicos que no nos comemos la placenta después del parto". Un argumento que, aunque sea algo impactante (es lo que se denomina placentofagia), es totalmente cierto.
Respecto al sabor del batido de placenta, Jay afirma que estaba bastante bueno: "Sabía a un smoothie de bayas. Además de placenta, el batido también tenía bayas y agua de coco, por lo que sabía muy bien". Pero además del sabor, esta madre dice que lo mejor del batido de placenta son sus beneficios. "Cuando me lo tomé me sentí con más energía, concilié mejor el sueño. También me hizo sentir mejor en cuanto a mis hormonas. Creo que tomar placenta puede incluso ayudar a aquellas madres que pasan por una depresión posparto".
¿Es bueno comer placenta?
Por si a estas alturas aún no lo tenías muy claro, la placenta es el órgano intermediario entre la madre y el feto. Está adherida al interior del útero y de ella nace el cordón umbilical. Su función principal es dotar al bebé de nutrientes y hormonas durante el embarazo. Hasta aquí todo correcto. ¿Pero es realmente beneficioso comer placenta? Pues bien, por mucho que la gente lo haga, lo cierto es que no hay ningún estudio que lo pruebe.
De hecho los expertos advierten que comerse la placenta después del parto puede ser peligroso. Doctores y científicos estadounidenses publicaron recientemente en un artículo de la revista Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC): "La placenta encapsulada o en batido no erradica los agentes patógenos, por lo que su ingesta debería ser evitada". El artículo se publicó después de que una madre de Oregón transmitiese a su bebé a través de la lactancia una infección que se encontraba en su placenta, la cual ella había ingerido en forma de pastillas que encargó a una empresa, como Kim Kardashian y Jay Woodall.
No se ha probado que comer placenta tenga beneficios, por tanto, y ante la posibilidad de poner en riesgo nuestra salud y la del bebé, probablemente sea mejor no hacerlo. Si tanto madre como el bebé están sanos, no hay nada mejor (y esto sí está probado) que amamantar al bebé con leche materna y cuidarnos nosotras llevando una buena alimentación.
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