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4 trucos infalibles para ayudar a tu hijo a controlar su ira

por Ana Belén Quesada López ,
4 trucos infalibles para ayudar a tu hijo a controlar su ira© shutterstock_1549743005

Enseña a tu hijo a gestionar su ira con estos trucos infalibles. ¡Descubre cómo hacerlo de manera efectiva y positiva desde hoy mismo!

Índice
  1. · Toma nota de las cuatro claves para ayudar a tu hijo a dominar la ira:
  2. · Mantener la calma y transmitir seguridad como adulto evitando reacciones negativas
  3. · Reconocer los motivos de la cólera y ofrecer espacio y tiempo para calmarse
  4. · Estrategias de autorregulación
  5. · Técnicas de relajación y actividad física

El objetivo no es que los niños no tengan rabia, ya que es imposible, pues es una emoción tan válida como las otras. Cuando algo no sale como esperábamos comienza la irritación y el enfado que pueden llevar a la rabia y la consecuente pataleta del niño. Enseñarles a manejar la ira les servirá toda su vida, porque aprenderá cómo enfrentarse al fracaso y buscar soluciones a sus problemas.

Toma nota de las cuatro claves para ayudar a tu hijo a dominar la ira:

1. Mantener la calma y transmitir seguridad como adulto evitando reacciones negativas

  • Modelar Comportamiento: Los niños aprenden observando a los adultos. Si un adulto reacciona de manera calmada y controlada ante una situación estresante, el niño es más probable que intente imitar ese comportamiento.
  • Sensación de seguridad: Cuando un niño está experimentando un berrinche, se siente fuera de control. Ver a un adulto que mantiene la calma puede proporcionarle un ancla de seguridad, ayudándolo a calmarse más rápidamente.
  • Validación emocional: Aceptar y validar los sentimientos del niño sin juicio es crucial. Decir frases como "Veo que estás muy enojado" o "Entiendo que esto te ha frustrado mucho" puede ayudar a que el niño se sienta comprendido.
  • Efectos negativos del grito y la amenaza: Gritar, amenazar o usar palabras humillantes puede intensificar la situación y hacer que el niño se sienta aún más fuera de control y menos seguro.
  • Alternativas positivas: Utiliza un tono de voz calmado y firme, y haz contacto visual a nivel del niño para establecer una conexión. Frases como "Estoy aquí para ayudarte" pueden ser muy útiles.

2. Reconocer los motivos de la cólera y ofrecer espacio y tiempo para calmarse

  • Análisis de circunstancias: Ayudar al niño a entender qué desencadenó su ira puede ser un paso importante en la autorregulación. Preguntas como "¿Qué pasó justo antes de que te enfadaras?" pueden ayudar.
  • Diferenciar emoción y comportamiento: Enseñar al niño que está bien sentirse enfadado, pero que no todos los comportamientos son aceptables es esencial. Por ejemplo, puede estar bien enfadarse, pero no está bien golpear a alguien.
  • Tiempo para reflexionar: Proporciona un espacio tranquilo donde el niño pueda calmarse y reflexionar sobre lo sucedido. Esto puede ser un rincón de calma o simplemente un lugar apartado del ruido.
  • Empatía y soluciones: Trabaja con el niño para encontrar soluciones alternativas para futuras situaciones. Preguntas como "La próxima vez, ¿qué podrías hacer diferente?" pueden ser útiles.

3. Estrategias de autorregulación

  • Rutinas y hábitos: Establecer rutinas claras puede proporcionar una sensación de seguridad y previsibilidad para el niño, reduciendo la probabilidad de berrinches.
  • Identificación de estrategias: Enseñar técnicas de autorregulación como contar hasta diez, usar una palabra clave para calmarse, o tener un objeto de confort puede ser útil.
  • Practicar regularmente: Practica estas estrategias regularmente, no solo cuando el niño está alterado. Por ejemplo, jugar a contar hasta diez en diferentes situaciones puede hacer que sea más natural hacerlo durante un momento de ira.
  • Reforzamiento positivo: Elogia y refuerza cuando el niño utiliza estas estrategias de manera efectiva.

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4. Técnicas de relajación y actividad física

  • Ejercicios de respiración: Enséñale ejercicios de respiración profunda. Por ejemplo, inhalar contando hasta cuatro, sostener la respiración contando hasta cuatro, y exhalar contando hasta cuatro.
  • Relajación progresiva: Guía al niño a tensar y relajar diferentes grupos musculares, lo que puede ayudar a liberar la tensión acumulada.
  • Deporte y movimiento: La actividad física regular puede ser una excelente salida para la energía acumulada y el estrés. Deportes, juegos activos, o incluso caminatas pueden ser beneficiosos.
  • Conciencia corporal: Actividades como el yoga o el tai chi pueden ayudar a los niños a desarrollar una mejor conciencia corporal y una forma positiva de canalizar su energía.

Ana Belén Quesada López
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