Los bebés prematuros tardíos son aquellos nacidos entre las semanas 34 y 37 de gestación. Aunque sólo han nacido unas semanas antes de lo previsto, es posible que tengan más problemas con la lectura y las matemáticas que los bebés cuyo embarazo se llevó a término (38-40 semanas). Así lo afirma un estudio publicado en la Librería de Medicina del Instituto de Salud Nacional del Estados Unidos. Según las comparaciones que han realizado los expertos de la Texas Tech University, los bebés prematuros tardíos normalmente se desarrollan con normalidad hasta los 24 meses, lo que provoca que tanto los padres como los médicos no presten especial atención a este problema. Sin embargo, es importante vigilar los posibles retrasos en el desarrollo durante la primera etapa escolar (de 3 a 5 años).
Cuando empiezan a asistir al colegio y se introducen de manera formal la escritura y las matemáticas, podríamos (no en todos los casos, por supuesto) darnos cuenta de posibles retrasos que no habíamos visto antes. Mientras los niños que han sido prematuros tardíos muestran un desarrollo social, emocional y físico completamente normal, es posible que obtengan peores resultados académicos que sus compañeros nacidos después de la semana 37.
Es muy importante que tanto padres como profesionales sanitarios y profesores estén al corriente de esta fuente de posible retraso y que pongan todos los medios para minimizarlo. Conocer los riesgos permite a los padres anticipar las soluciones. Por el contrario, desconocer el problema, o ignorarlo, hace muy difícil su solución.
Los padres de niños prematuros tardíos pueden ayudar a que sus hijos se desarrollen de la mejor manera posible apoyándoles desde muy pequeños en la práctica de escritura, lectura y matemáticas a un nivel adecuado a su edad. Si una vez que empiezan el colegio se detecta algún problema, debemos pedir una evaluación y diagnóstico del niño por parte de un especialista y solicitar el apoyo necesario para adaptar los planes educativos de manera que se maximice el potencial del niño.
Conocer que los niños que han sido prematuros tardíos pueden tener dificultades cuando empiezan a ir al colegio permite que los padres sean proactivos y se anticipen al problema.
Artículo elaborado en colaboración con la Doctora Deanna Marie Mason, experta en Paternidad Proactiva y apoyo profesional para la familia moderna.
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