Según estima la OMS, en la actualidad nacen unos 15 millones de bebés prematuros al año. A nivel mundial, la prematuridad es la primera causa de mortalidad entre los niños menores de cinco años, sin embargo no debemos alarmarnos excesivamente, pues hoy en día la medicina está muy avanzada (en los países desarrollados) y la cifra de bebés prematuros que sobreviven también es alta. Tal y como indica la OMS, en esos casos "prácticamente la totalidad de estos bebés sobreviven".
Tipos de bebé prematuro
Los bebés prematuros se dividen en subcategorías dependiendo de la semana de gestación en la que hayan nacido:
- Prematuros extremos: bebés que nacen con 28 semanas o menos.
- Muy prematuros: bebés que nacen entre la semana 28 y la 32.
- Prematuros moderados a tardíos: bebés que nacen entre la semana 32 y antes de la 37.
Factores que provocan el nacimiento prematuro
No existe una prueba específica que pueda predecir con exactitud la posibilidad de tener un parto prematuro, pero sí hay algunos factores que aumentan su riesgo. Entre ellos:
- Haber tenido un parto prematuro con anterioridad.
- Embarazo múltiple de mellizos, trillizos, etc.
- Afecciones médicas crónicas como la hipertensión, la diabetes o algunas infecciones.
- Embarazo adolescente
- Factores genéticos
Cuidados del bebé prematuro
Los bebés prematuros no están preparados del todo para la vida extrauterina, pues no han dispuesto del tiempo suficiente para completar su desarrollo durante la gestación. Pierden calor con más facilidad, pueden requerir más ayuda para alimentarse, podrían padecer problemas para respirar o sufrir complicaciones como infecciones debido a que su organismo no está completamente desarrollado. Por eso permanecerá en el hospital hasta que sus órganos se hayan desarrollado lo suficiente como para que el bebé pueda valerse por sí solo a la hora de realizar funciones básicas como respirar o alimentarse, por ejemplo.
Durante el periodo de ingreso en el hospital es muy importante, además de los cuidados ofrecidos por el profesional sanitario, el contacto físico y la interacción del recién nacido con su familia. La AEP recomienda el contacto piel con piel durante el máximo tiempo posible, pues no solo favorece el vínculo afectivo, también propicia la producción de la leche materna, esencial para la alimentación del bebé.
En cuanto a las vacunas del bebé prematuro, estas deben ser administradas de acuerdo a su edad cronológica e independientemente de su edad gestacional.
Alimentación del bebé prematuro
La OMS y la Asociación Española de Pediatría (AEP) han dictaminado que la mejor opción para alimentar a un bebé prematuro es la lactancia materna. Hasta los seis meses de edad, le leche será el único alimento que tome el bebé. Se recomienda especialmente la leche materna debido a los diferentes beneficios nutricionales e inmunológicos que puede aportar al niño. Además contribuye a su desarrollo psicofísico y neuronal.
De acuerdo con la AEP, estas sería, en orden de prioridad de elección, la mejor alimentación para un bebé prematuro:
1. Leche materna en forma directa: cuando el bebé puede succionar.
2. Leche materna extraída.
3. Leche humana pasteurizada en un banco de leche.
4. Leche de fórmula para bebés prematuros.
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