Si una dieta completa para ellos tiene que estar compuesta de frutas, verduras, legumbres, pescados azules y blancos, aves, carnes, huevos, lácteos y cereales, la alimentación ecológica incluye (o sustituye, aunque no se cuentan con evidencias médicas, tal y como explicamos más adelante, en el caso de los lácteos) todos estos alimentos, necesarios e imprescindibles para nutrir tanto a mayores como a pequeños. Pero además, aporta la seguridad de saber de dónde proceden cada uno de los productos que compramos. De todas formas, te recomendamos que antes de hacer un cambio en la alimentación de tus hijos consultes con tu pediatra.
¿Cómo se han cultivado?, ¿en qué condiciones se han cuidado a los animales de los que procede el alimento?, ¿qué ingredientes se han utilizado para su fabricación? En resumidas cuentas: esta alimentación nos asegura que todo aquello que consumimos esté libre de pesticidas, herbicidas, químicos o antibióticos, en el caso de los animales, que pueden repercutir de forma dañina en nuestro organismo.
Para ayudarnos a conocer un poco más a fondo en qué consiste hemos preguntado a Mariola Conde Sanz, dietista y terapeuta floral evolutiva del centro Terapia Secreto y a Rocío de la Iglesia, doctora en alimentación y fisiología y una de las fundadoras de la marca Smileat, empresa de alimentación infantil ecológica 100%, quienes nos explican tanto las ventajas como los beneficios de este tipo de alimentación
Una alimentación consciente desde el principio
Los niños se encuentran en pleno proceso de desarrollo, por lo que su alimentación debe ser completa y equilibrada a nivel nutricional. El problema llega cuando muchas veces no nos damos cuenta de que podemos estar perjudicando su alimentación sin quererlo. "La alimentación orgánica consiste en consumir alimentos vegetales en cuya producción no se han utilizado pesticidas o fertilizantes sintéticos, cosechas manipuladas genéticamente ni aguas residuales. Así como, alimentos animales no modificados genéticamente que hayan sido alimentados con productos naturales y no se les haya tratado con medicamentos tales como hormonas de crecimiento o antibióticos innecesarios", según nos explica Rocío de la Iglesia.
Por ese motivo, es necesario comenzar a pensar en una alimentación más consciente. Sin embargo, uno de nuestros peores enemigos sigue siendo el tiempo, algo que repercute de forma directa a la hora de hacer la compra y pararnos a elegir aquellos productos que, a medio y largo plazo, van a ser beneficiosos para nuestra salud y la de nuestros hijos. "En casi todos los supermercados hay pasillos o zonas de productos ecológicos y biológicos como purés de verduras con proteínas, papillas de frutas y bebidas vegetales", explica Mariola. Aunque Rocío de la Iglesia advierte: "No todos los productos orgánicos (para bebés o para adultos) son saludables, también hay que tener en cuenta la composición nutricional de los mismos". Además, se trata de productos más caros, pero: "Cada vez hay una mayor competencia lo que hace que los precios poco a poco se vayan abaratando y adaptando a los bolsillos de todos, ya que para muchos resulta ser un gran inconveniente", explica Mariola.
Alimentos "prohibidos" en la alimentación ecológica
Es recomendable desechar o reducir la ingesta de productos como las harinas refinadas, el aceite de palma, los azúcares blancos, el exceso de ingesta de chuches y casi toda la bollería y repostería industrial, ya que con el tiempo pueden hacer que los pequeños se conviertan en "adolescentes con algún síntoma a tratar de intestino", advierte la experta. Y nos especifica que con el consumo de harinas refinadas, a largo plazo, nuestro intestino puede verse resentido ya que: "los azúcares simples y la bollería se relacionan principalmente con el desarrollo de diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades asociadas", aclara Rocío.
Sin embargo, el rey de los ingredientes y base de cualquier alimentación o dieta mediterránea es el aceite de oliva virgen extra ya que es recomendable para cualquier tipo de comida. Pero, Mariola también nos da otras opciones saludables, como el aceite de sésamo o el de coco, que "también son muy ricos y sanos a la hora de cocinar".
Alergias e intolerancias alimentarias, ¿de dónde proceden?
Las alergias alimentarias cada vez son más habituales en los peques y normalmente están relacionadas con la polución ambiental, los residuos fitosanitarios, los aditivos y los contaminantes alimenticios. Por tanto, muchas de estas intolerancias se producen "por el abuso de la ingesta de alimentos cada vez más industrializados y son altamente alterados en su fabricación", nos explica Mariola.
Un reciente estudio publicado por la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica indica que: "Más de 17 millones de europeos padecen algún tipo de alergia alimentaria, y 1 de cada 20 niños las sufren". Asimismo, "las hospitalizaciones severas por una reacción alérgica se han multiplicado por siete en los últimos 10 años". Y, "entre el 10 y el 18% de las alergias surgen en el entorno escolar".
También hemos querido contar con las declaraciones del doctor Tomás Rodelgo, médico del colegio Arcadia de Madrid, quien nos asegura que: "Aunque es probable que muchos médicos y pediatras recomendemos a nuestros pacientes el uso de una alimentación 'saludable', con productos de calidad y 'naturales' no me constan estudios que avalen tales consejos".
Si acostumbramos a los niños a comer bien desde pequeños estaremos abriéndoles las puertas para convertirse en futuros consumidores responsables tanto a la hora de alimentarse como de concienciarse con el cuidado del medio ambiente. Les enseñaremos a ser conscientes en todo momento de qué comen y de dónde procede. ¿Preparada para cambiar el "chip"?
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