Si creías que es sólo una actividad para adultos, estás muy equivocada. El yoga no tiene edad y, precisamente por eso, desde las edades más tempranas hasta la vejez, este ejercicio es útil para mantener el cuerpo y la mente activos y encontrar el equilibrio corporal y emocional. Pero, ¿cómo puede el yoga ayudar a nuestros hijos? ¿A qué edad están preparados para realizar un ejercicio como éste?
Desde los 3 ó 4 años de edad ya es un buen momento para iniciar a tus hijos en el yoga. Es una actividad que requiere silencio y concentración, por lo que puede que al principio los niños necesiten motivarse con alguna canción. Antes de empezar con el yoga, es importante explicarle al niño en qué consiste la actividad y que es importante estar concentrado y tranquilito. Si consigues que se deje llevar y realice los ejercicios básicos, te prometemos que los beneficios para él pueden ser inmensos. ¿Quieres conocerlos? Te los detallamos a continuación.
Según la fisioterapeuta Elena Periáñez, experta en yoga infantil, practicar esta actividad desde la niñez significa "plantar una semilla que, con el paso del tiempo, dará sus frutos". Estos son algunos de sus increíbles beneficios:
Les permite descubrir su cuerpo
Durante una sesión de yoga, los niños y niñas desarrollan la capacidad de autocontrol. Entienden que deben permanecer relajados y quietos durante un periodo de tiempo, y esto les obliga a centrarse en su propio cuerpo y los movimientos que están realizando. Es una manera de descubrir su propio cuerpo: sentir y regular su respiración. Según indica Elena Periáñez, el yoga significa "sentarse y sentirse".
Proporciona serenidad
Es importante para los niños en edades tempranas tener momentos de tranquilidad y relajación. Los niños pequeños también sufren ansiedad, que necesitan aliviar para sentirse de nuevo seguros. El yoga puede ser la ocasión perfecta para que esto ocurra. Gracias al yoga, nuestros hijos crecerán como adultos serenos y capaces de regular sus niveles de estrés.
Les enseña a concentrarse
El yoga implica que los participantes estén centrados en un único objetivo: sentir su propio cuerpo y respirar. Ir practicando las habilidades de concentración es muy beneficioso, dado que es una habilidad útil para su futuro. Sin ir más lejos, en el rendimiento académico. Los niños que practican yoga tienen menos dificultades para centrarse en el cole y adquirir nuevos conocimientos.
Desarrolla el lenguaje corporal
El yoga abre a los niños una nueva dimensión del lenguaje corporal. Les permite imaginar, moverse, respirar, trabajar en grupo, jugar y desarrollar de manera creativa todo su potencial.
Identifica sus emociones
El yoga permite a los niños identificar lo que están sintiendo en cada momento. La concentración que implica el yoga también permite escucharse a uno mismo: si estoy triste o contento, si estoy relajado o inquieto, enfadado o decepcionado... Un niño que sabe identificar sus emociones se convertirá en una persona capaz de gestionar bien sus sentimientos en el futuro. ¡Un adulto mentalmente sano se forja desde la infancia!
Favorece su bienestar
Todos los beneficios del yoga para los niños tienen una consecuencia directa: su felicidad. Gracias al yoga, aprenden a quererse a sí mismos, a conocerse, a respetar al resto de compañeros, a aprender en grupo y a reconcerse a sí mismos en grupo con los demás. Si quieres que tu hijo crezca sano mental y físicamente, ¡el yoga es una de las mejores opciones!
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