Lo malo de empezar una dieta, es que solemos caer en la rutina comiendo siempre lo mismo: ensaladas, pescados varios y carne a la plancha. Y, ¡al final nos aburrimos! Por eso, es necesario ir descubriendo nuevos ingredientes que sean sanos y equilibrados, que nos gusten y que, además, puedan formar parte de nuestra dieta.
Un alimento que encaja a la perfección en este perfil es la cigala. Es uno de los mariscos más valorados en la cocina por sus propiedades y versatilidad. Puedes hacerlas al horno, cocidas, a la plancha, acompañando a un jugoso arroz, en ensalada... ¡El resultado siempre es exquisito y sabroso!
Por otro lado, lo mejor de la cigala, aparte de su sabor, son sus propiedades. Este crustáceo es muy rico en vitaminas, proteínas y agua, y posee muy pocas grasas, lo que lo convierte en un alimento ideal para incluir en nuestra dieta.
En lo que se refiere a sus componentes, la cigala es muy rica en selenio, que protege contra enfermedades cardiovaculares y el cáncer. También posee vitamina B3, que estabiliza los niveles de glucosa y reduce el colesterol, además de mejorar el sistema nervioso.
Por su parte, el yodo de este crustáceo ayuda al desarrollo de la glándula tiroidea, y el fósforo es fundamental para el desarrollo de los huesos y los dientes. Además, enriquece las membranas de nuestro cerebro. Por último, la cigala está compuesta en un 80% por agua, con lo cual, ¡favorece la hidratación de nuestro organismo!
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En definitiva, ¿puede haber un alimento más completo y que engorde menos? Además, con el darás un toque de imaginación a tu dieta, tal y como explica la revista Aptc de El Corte Inglés, en la que podrás encontrar más información sobre este manjar y consultar los precios del mercado.