Llenar nuestro salón de colores, teniendo como protagonista a las mesas, ése es el objetivo que te proponemos con este artículo. La novedad está en añadir una pizca de color a nuestras mesas de centro o de comedor de estilo clásico, causando un efecto sorprendente y rompedor.
© Demarques.es
La paleta de colores es muy amplia, permitiéndonos combinarlos fácilmente con el resto de elementos y adaptarnos a cualquier estilo. La tendencia es armonizar los acabados clásicos en tono nogal, caramelo, camel, canela o similares con otros tonos más intensos como azul mediterráneo, lila, rosa palo, verde manzana, frambuesa o color plata.
El juego de colores permite crear ambientes muy diversos, modernos y elegantes. La opción de utilizar el mismo color de la superficie de la mesa para los asientos de las sillas es perfecta. Ambos muebles, mesas y sillas, conseguirán envolver la sala de una sensación de equilibrio total. Un ejemplo de este tipo de mesas son las del Grupo Seys de la colección Play de Demarques.es.
Es necesario fijarse en las dimensiones de la sala para optar por una mesa con proporciones mayores o más pequeñas. Este factor es importante para no romper con la armonía de la sala, teniendo en cuenta que una mesa grande además de reducir el espacio.
Una combinación de colores acertada con colores oscuros y tonos claros, permitirá dar una sensación de profundidad mayor a la sala, respirando un ambiente más despejado.
Un diseño de líneas rectas y marcadas dará ese toque de distinción y belleza. Los detalles no deben perderse de vista si queremos coronar nuestras mesas y darles personalidad. Asunción Deza, interiorista de Demarques, propone un salón con una mesa extensible muy práctica para ahorrar espacio y salvarnos de imprevistos combinando los tonos canela con color verde agua bordeando la mesa.
La estilista opta por mesas fabricadas en madera de pino por la calidad que imprimen y las garantías que ofrece. Un salón teñido de estos colores invita a un espacio pintado en tonos suaves, por eso Asun apuesta por paredes en blanco y suelos en miel satinado y rodear la mesa con cuatro sillas como mínimo y seis como máximo evitando recargar el ambiente.
Como centro un jarrón con flores frescas que incorporen detalles en azul verdoso para no recargar el ambiente y dar sensación de un equilibrio natural y fresco.
Contenido elaborado en colaboración con Demarques.es
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