Una cama mal adaptada o usada puede provocar dolores de espalda y rigideces. Te damos las reglas de oro para elegir la cama perfecta y disfrutar rápidamente de un sueño reparador.
Regla nº 1: Pruebo la cama antes de comprarla
En la tienda, no siempre nos atrevemos, pero es indispensable echarse durante unos quince minutos en la cama.
Lo ideal es ir con nuestra pareja, sobre todo si tenéis una corpulencia muy distinta.
Regla nº 2: Me fijo en los pequeños detalles
Si tus codos se hunden, escoge una cama más dura. Fíjate también en que tu columna vertebral quede recta cuando te tumbas de lado. Si se tuerce hacia uno de los lados, puede que el colchón sea demasiado duro.
Regla nº 3: Opto por el dúo ganador colchón + somier
Evita cambiar sólo el colchón o el somier y no combines cualquier colchón con cualquier somier (por ejemplo, un colchón de espuma va con un somier de láminas).
Nuestro consejo: compra el colchón y el somier de la misma marca. Están hechos para ir juntos.
Regla nº 4: No descuido la dureza del colchón...
Blando, duro o muy duro. La elección no sólo cuestión de gusto. Un colchón demasiado duro es igual de malo para la espalda que un colchón demasiado flexible. En cuanto al colchón demasiado blando, no sostiene suficientemente el cuerpo y provoca los cambios frecuentes de posición durante el sueño.
A saber: no existen normas universales sobre la dureza. Además, lo que una marca presenta como un colchón muy duro, no tiene por qué ser igual para otra.
Regla nº 5: ...ni el material del somier
Piensa en comparar el material (lanas, algodón, microfibra) y las tecnologías utilizadas (tratamiento antiácaros, de resorte, etc.) en los somieres. Merecen ser estudiadas para cumplir tus expectativas.
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Regla nº 6: Elijo la medida adecuada
Para las parejas, añade 20 cm a la altura del más alto. Y si hay una diferencia demasiado importante de corpulencia entre los dos, se aconseja optar por colchones individuales colocados sobre el mismo somier o por dos camas independientes unidas.