Exfoliación, hidratación y reafirmación. Estas son las tres premisas que se convertirán en tu rutina diaria y semanal mientras duren los meses de frío. No podemos olvidarnos tampoco de ciertas zonas imprescindibles como manos y pies, a las que hay que prestar especial atención para que no pierdan tersura y suavidad. El final del verano siempre es el mejor momento para hacer borrón y cuenta nueva y preparar todo nuestro cuerpo para recibir a la nueva estación como se merece. Suavidad, luminosidad, hidratación... ¡Consigue la piel con la que siempre has soñado! Nosotras te ayudamos.
Deshazte de la piel muerta
Nos empeñamos en conseguir una piel fina, ultra suave e impecable, y si estos son los atributos que deseamos para nuestro cuerpo, la exfoliación es el camino más eficaz para lograrlo. Porque limpia, elimina células muertas y sustituye la piel renovándola y dejándola con un mejor aspecto y menos imperfecciones. Si no nos deshacemos de estas pieles muertas que quedan depositadas junto a las impurezas en la epidermis, al final la piel se descama, los productos no penetran bien en su interior y pueden aparecer otra serie de problemas cutáneos. Por lo tanto, debemos hacer esta limpieza en profundidad, tanto en rostro como en cuerpo, una vez por semana, y tomárnoslo como un momento de relax.
Los productos exfoliantes para elcuerpo suelen contener elementos emolientes y suavizantes que proporcionan bienestar a la piel. La forma correcta de aplicarlo es, con la piel húmeda, bajo la ducha, dando suaves masajes en las zonas del vientre, caderas y nalgas, con la ayuda de un guante de crin, prestando especial atención a codos y rodillas.
Exfoliar la piel habitualmente ayuda a tener una piel perfecta durante todo el año. Además previene el envejecimiento cutáneo activando la circulación y desintoxica la epidermis permitiendo una mayor oxigenación de las células y por tanto, conseguir una piel transparente y suave.
Hidratar, siempre hidratar
¿Cuál es el secreto para conseguir una piel perfecta? Tener la pielelástica, luminosa y bien hidratada. Si cumples a rajatabla estos tres puntos no tienes que preocuparte demasiado por el paso del tiempo.
Es verdad que, con los años, la piel pierde su capacidad de retención de agua y por consiguiente, de eliminar toxinas. Pero si utilizamos productos hidratantes a diario, estaremos retrasando bastante el proceso de sequedad y la aparición de arrugas.En nuestro cuerpo ocurre que, después del verano, la piel está más deshidratada de lo normal, por lo que debemos aportarle una dosis extra de hidratación, sobre todo, después de la exfoliación.
La crema hidratante es fundamental y la puedes utilizar después o durante la ducha con productos a base de aceites esenciales como el de almendras, el germen de trigo, o el aceite de jojoba que, además, refresca la piel.
En las zonas más secas como codos, talones y rodillas, la manteca de cacao o la de karité, son perfectas para devolverte la humedad perdida gracias a su alto poder de hidratación.
La firmeza está a la orden del día
Al final la pereza se nota, cae por su propio peso en abdomen, muslos y brazos. Y es que si no hacemos algo para mantener la firmeza natural de nuestro cuerpo, éste pierde elasticidad y como consecuencia de ello, llega la flacidez. Cartucheras, michelines, pecho caído... Son algunas de las zonas con más tendencia a dicho efecto y lo único que puede combatirla es el ejercicio y productos reafirmantes.
Las cremas reafirmantes corporales tienen como misión reforzar las fibras elásticas que forman los tejidos de nuestra piel. Por eso, contienen ingredientes como ácido hialurónico, colágeno y elastina que, de forma natural, se fabrican en nuestro interior. También se emplean, entre otras, liposomas, centella asiática, té verde, algas, o cafeína. Sustancias que contribuyen a mejorar la piel y ayudar a eliminar la grasa sobrante.
Se deben aplicar todos los días, en las zonas con tendencia a la flacidez, con mucha constancia y ligeros masajes circulares y ascendentes hacia los ganglios linfáticos que ayuden a penetrar el producto hacia las capas más profundas de la piel.
Utilízalas todo el año. Con paciencia conseguirás tonificar y reforzar las células elásticas de la piel y regenerar las fibras que ha perdido. Es decir, mejorar su aspecto.
¡No te olvides de los pies y manos!
El cambio brusco de temperatura de una estación a otra es motivo suficiente para echar a perder el aspecto suave y bonito de tus manos y pies. En otoño e invierno aparecen nuevos desafíos para mantener a raya estas dos zonas tan delicadas, por ello, hay que tener en cuenta algunos cuidados especiales:
-Protege todos los días ambas zonas con cremas hidratantes específicas. Éstas contienen ingredientes especiales para proteger las defensas naturales de la piel.
-Para las manos, usa productos suaves, no agresivos y que no contengan alcohol.
-Toma baños calientes con moderación ya que el agua caliente acelera la pérdida de humedad de la piel y tienden a resecarla. Mejor hazlo con agua templada.
-Es muy importante consumir ácidos grasos Omega 6, que aportan los pescados azules, el aceite de girasol o de calabaza, o los cereales. Son muy eficaces para el tratamiento de problemas cutáneos como el eccema atópico, la dermatitis y en general, para todas aquellas pieles que sufran de sequedad extrema.
-La glicerina, la vaselina, el colágeno y el Aloe vera, son ingredientes principales para prevenir las manos y los pies agrietados.
-Durante la ducha, ten cerca una piedra pómez para rebajar las durezas de los talones.
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