El éxito de los aceites viene dado sobre todo por su vínculo con la naturaleza, pues no contienen productos químicos sino que provienen puramente de extractos de flores, semillas o frutas. Por ello, muchas pieles los toleran mejor, ya que causan menos reacciones cutáneas. Sin embargo, hay que tener en cuenta su composición y su textura, pues algunas pieles se verán más beneficiadas que otras.
En cualquier caso, darle el cuidado adecuado a nuestra piel hará que esta se mantenga joven por más tiempo, y no tengamos que recurrir al bisturí para lucir un rostro bonito y una piel tersa. Y es que, como puedes comprobar a continuación, no todas las que pasan por quirófano consiguen mejorar su aspecto...
Los aceites son sustancias orgánicas compuestas por lípidos (grasas) esenciales, de origen natural, que equilibran la dermis, la hacen más flexible y la protegen para que no pierda el agua que almacena. Generalmente las pieles secas son las que más agradecen el uso de aceites, pero ello no quita que una piel grasa o con acné pueda emplearlos, siempre y cuando se apliquen de manera adecuada. Por ejemplo, el aceite de árbol de té es conocido por sus beneficios contra el acné, por lo cual es el aliado perfecto para pieles de este tipo. El aceite de jojoba es ideal para pieles grasas pues regula la secreción de sebo.
La clave para que los aceites penetren bien en la piel, se absorban y no obstruyan los poros es romper sus partículas para facilitar este proceso. Simplemente hay que humedecer previamente la piel, aplicar el aceite y frotar de manera circular. Así las partículas se descomponen, se crea una emulsión y el aceite penetra más fácilmente en la piel. Otro truco sería calentarlo previamente en las yemas de los dedos antes de aplicarlo sobre la piel.
Si tenemos quemaduras o marcas de pigmentación, el aceite de rosa mosqueta será nuestro mejor aliado gracias a su alto contenido en vitamina E regeneradora del epitelio. Para mejorar la circulación y devolver el buen tono a la piel, los aceites con extractos de abedul romero y rusco son una de las mejores opciones.
Las pieles secas agradecerán más las formas farmacéuticas más oclusivas o grasas como las cremas y los aceites. Sin embargo, las pieles de tendencia grasa, acné o cuyos poros se obstruyen con facilidad, se verán beneficiadas si utilizan de forma habitual formas más ligeras, ya sea en formato leche, fluido o gel, que penetren fácilmente y no tapen los poros. Además, si se tiene este tipo de piel es vital que la exfoliemos de manera periódica pues es la única manera de eliminar las células muertas y la suciedad, que son las responsables de que se obturen los poros de la piel.
Como nuestra piel no está igual en todas las épocas del año, otra buena opción para incluir los aceites dentro de nuestra rutina de belleza es utilizarlos de forma periódica, (más en invierno) mezclando unas gotas de aceite en nuestra crema habitual.
Contenido elaborado en colaboración con Mónica Lizondo, farmacéutica y cofundadora de Farmaconfianza.
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