Los cosméticos actúan en las capas más superficiales de la piel y no llegan a actuar sobre las células de la dermis, la capa más profunda de ésta. En cambio, los cosmecéuticos poseen activos que llegan a actuar a ese nivel más profundo debido a una formulación que consigue un alto grado de penetración y por tanto de actividad. Dada la complejidad que entrañan, estos productos requieren de un prescriptor especializado (sea médico o farmacéutico) que oriente al paciente según las características de su piel y que realice un correcto seguimiento del tratamiento.
Debido al mayor nivel de penetración de sus activos, estos productos son mucho más efectivos, por lo que consiguen mejores resultados que un cosmético al uso, y pueden ayudarnos a conseguir una piel perfecta como la de estas celebrities.
Aunque cada vez más los cosméticos tienen fórmulas innovadoras y actúan a un nivel más profundo, los cosmecéuticos tienen principios activos en concentraciones superiores, además de estar fabricados siguiendo estrictos estudios de calidad, seguridad y eficacia en comparación con los cosméticos publicitarios. Todo esto justifica de alguna manera su precio más elevado.
Si bien es cierto que los cosmecéuticos aportan más beneficios que el resto de cosméticos clásicos, no todas las pieles los necesitan. Se recomiendan en muchos tratamientos antiaging, pues suelen contener ácido retinoico, ácido glicólico, ácido láctico, vitaminas como la A y la E y antioxidantes como los polifenoles. Otros ingredientes que pueden contener son agentes regenerantes, como rosa mosqueta, sustancias blanqueantes, como la hidroquinona o incluso factores de crecimiento. Por ello, antes de lanzarnos a comprar un cosmecéutico, un profesional deberá hacer un análisis de nuestra piel y determinar qué tipo de tratamiento anti envejecimiento necesitamos.
Contenido elaborado en colaboración con Mónica Lizondo, farmacéutica y cofundadora de Farmaconfianza.
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