Existen muchos tratamientos estéticos que nos ayudan a contrarrestar el paso del tiempo. Quizás el Botox y el ácido hialurónico sigan siendo los reyes de la medicina estética, pero en la lucha contra el envejecimiento contamos con otras muchas armas. Una de ellas es el plasma rico en plaquetas (PRP), que se puso muy de moda hace un par de años y, a día de hoy, sigue siendo una buena opción para mejorar la calidad de la piel.
¿Cómo funciona el plasma rico en plaquetas?
Se trata de un tratamiento estético que promueve la regeneración celular para conseguir una piel más luminosa y tersa, con mejor textura, menos flaccidez y menos arrugas.
"Se suele aplicar en rostro, cuello y manos, aunque también se está utilizando en el cuero cabelludo para potenciar el crecimiento del cabello", nos explican en Clínicas Dorsia. También busca mejorar algunas patologías como manchas, acné (y sus secuelas), estrías y cicatrices.
¿En qué consiste el tratamiento?
En este tratamiento el ingrediente principal será tu propia sangre. El médico la extrae del brazo de forma indolora (para que te hagas una idea, es como si te hicieras un análisis) y la mete en una máquina que la centrifuga. De este proceso "surge un suero enriquecido en plaquetas y, por lo tanto en factores de crecimiento", cuenta Sergio Fernández, Médico Estético de Clínicas Dorsia. "Este plasma participará de manera activa en la formación de nuevo colágeno a través de la bioestimulación". Este colágeno otorgará un rejuvenecimiento global en la zona en que se aplique.
Al ser un tratamiento autólogo (se obtiene sangre del propio paciente) no conlleva riesgos de alergias ni reacciones de incompatibilidad, lo que hace que sea un procedimiento seguro para el paciente.
¿Cómo se aplica?
Antes de someterte a un tratamiento de plasma rico en plaquetas te harán la historia clínica y un análisis completo de sangre, para descartar cualquier patología.
Recibidos los resultados, podrás empezar el tratamiento (a no ser que exista alguna contraindicación). Es muy sencillo: el médico te pondrá una crema anestésica en la zona a tratar. Después, procede a extraer la sangre de tu brazo para centrifugarla. Mientras la máquina cumple su misión, la anestesia hace lo propio, de tal forma que para cuando acaba la centrifugadora (unos 20 minutos) tu piel está lista para recibir el tratamiento.
El médico te aplicará el plasma a través de una serie de pinchazos rápidos, que apenas notarás gracias a la anestesia. En 5-10 minutos estás lista. A continuación, se pone un poco de Trombocid para evitar posibles moratones. Y ya estás lista para irte.
Aunque el tratamiento es sencillo, es posible que se te vean un poco las marcas de los pinchazos. Simplemente ten en cuenta que quizás tengas que maquillarte un poco ese día para difuminar las marcas. Como de costumbre, todo dependerá de lo sensible que sea tu piel.
¿Para quién está indicado?
Se recomienda una vez se empieza a observar que la piel pierde colágeno y su capacidad de regenación celular. Puede aplicarse de forma preventiva, en pieles más jóvenes, o de forma restitutiva en pieles más maduras.
En cuanto al número de sesiones, dependerán de cada paciente. Se suele hablar de forma genérica de 2-3 al año, pudiéndose repetir en caso necesario o incluso combinar con otros tratamientos (radiofrecuencia, botox, etc).
Se puede hacer en cualquier época del año, si bien tendrás que utilizar protección solar tras su aplicación (incluso en invierno).
El objetivo del plasma rico en plaquetas es otorgarte una piel resplandeciente, como la de estas famosas, que ¡están mejor ahora que de jóvenes!
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